FIESTAS DEL CARBAYU

El barrio de El Carbayu, en Lugones, celebró las fiestas del Buen Suceso por todo lo alto

Las fiestas de Nuestra Señora del Buen Suceso en el barrio lugonés de El Carbayu colcluyeron con la tradicional jira campestre.  "No se puede fallar un día como este", reconocía María Suárez, fiel a la cita. Ella junto a su familia y amigos se sumaron a esta tradicional jira, que cumplió 89 años.


El día del pregón se repartieron 1.400 raciones de paella

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La misa de gaita cantada por el tenor asturiano Joaquín Pixán acompañado por el gaitero Bras Rodrigo y la tamboritera Lorena G Prieto se convirtió en uno de los momentos más especiales de la celebración en honor a Nuestra Señora del Buen Suceso de El Carbayu. Así lo reconocieron devotos y miembros de la comisión, como Juan Cima. La misa «fue uno de los momentos importantes de la fiesta de este año». Las felicitaciones de los vecinos y los fieles a la celebración les llovieron tanto a Cima como a Manuel Rodríguez, “Manolitu El Pegu”, presidente de Festejos y alma de la fiesta que fundó su abuelo.

La imagen de la Virgen se preparó para el día grande de la celebración, como ya viene siendo tradición, con la ofrenda floral, y presidió la eucaristía que ofició el párroco local, Joaquín Serrano. Tras la misa se cumplió con la procesión desde la capilla al prau de la fiesta, y de regreso a la ermita hubo traca de voladores.

La fiesta en honor a la Virgen del Buen Suceso comenzó el jueves, con el campeonato de parchís aunque el viernes fue el momento de dar el pistoletazo oficial a la celebración. El empresario local José Vázquez, con la lectura de un emotivo y nostálgico pregón, en el que repasó sus recuerdos vinculados a la  folixa de casa, fue el encargado de inaugurar la celebración.

En sus recuerdos, como no podía ser de otra manera, su madre, Maruja,  quien se convirtió en protagonista de sus palabras. Y aprovechó la ocasión para invocar públicamente su figura. «Sin mi madre nosotros, ninguno de sus hijos, seríamos tan devotos de las Fiestas  del Carbayu. Mi madre nos subió a la montaña mágica, como diría Telvi- su hermano, el dramaturgo local Etelvino Vázquez-».

Ahora, con toda la energía que le queda a su edad, 67 años como reconoció, trasmite esa devoción con «ilusión renovada que me insuflan mis dos hijas pequeñas que me acompañan, Carla y María, María y Carla,  que desde los primeros meses de su vida  asistieron ya a esta romería», precisó.

Con el chupinazo oficial se dió paso al reparto de la paella, para más de 1.400 comensales, que, un año más se encargaron de preparar los amigos de Fitoria, dando paso a la primera de las verbenas.

El sábado fue el día dedicado a los niños, mientras que el domingo, además de los actos más solemnes, también hubo tiempo para reunirse los apasionados del Seat 600. Una muestra rodado de lujo que volvió a llamar la atención.

El martes se despidió la celebración con la multitudinaria jira campestre en la que el sol, por fin lució.