SUCESOS

El atracador detenido en Cangas de Onís echa la culpa a su compañero suicida

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Atraco a la sucursal de Liberbank de Cangas de Onís

 

José Manuel Sánchez Vidal, que fue detenido por la Guardia Civil el martes por la mañana en Cangas de Onís, tras el tiroteo a la puerta de la sucursal de Liberbank que está en la Avenida de Covadonga, compareció ayer jueves en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Cangas de Onis, donde se acogió a su derecho a no declarar, tras respondoer a las primeras dos preguntas de la jueza titular.

Desde que fue detenido el martes hasta ayer por la tarde cuando la Guardia Civil le condujo esposado hasta el Juzgado de Cangas de Onís, que ocupa los bajos de la Casa Consistorial, el asaltante de la sucursal de Liberbank de Cangas de Onís, permaneció primero detenido en el Cuartel de la Guardia Civil de Cangas de Onís y después en dependencias del Cuartel también de la Benemérita de Llanes.

Lo poco que ha hablado en estas 48 horas largas, desde que fue detenido cuando él y su compañero Juan Carlos Sahagún Gobantes –el asaltante que teminó pegándose un tiro en la cabeza– pretendían abandonar la sucursal de Liberbank con un botín de más de 120.000 euros, ha sido para decir que vino a Cangas de Onís «engañado» y que no sabía que tenían previsto asaltar un banco.

José Manuel Sánchez Vidal es natural de Burgos y fue en aquella provincia, en Miranda de Ebro donde conoció a Juan Carlos Sahagñun Gobantes y con el que ya habría cometido algún delito más.

La titular del Juzgado de Primera Instancia e instrucción de Cangas de Onís decretaba tras la comparecencia del detenido, prisión provisional, comunicada y sin fianza por los delitos de robo con violencia en grado de tentativa, tenencia ilícita de armas, detención ilegal y atentado contra la autoridad.

 

Juan Carlos Sahagaún, héroe infantil

 

El atraco a la sucursal de Liberbank de Cangas de Onís concluía el martes alrededor de la una de la tarde con el suicidio de Juan Carlos Sahagún Gobantes, que se pegó un tiro en la cabeza después de liberar a los tres rehenes que mantuvo retenidos durante tres horas.

Sahagún tenía 60 años y el golpe de Cangas Onís podría haber supuesto su "jubilación dorada", porque cuando a él y a su compañero les dieron el alto los Guardias Civiles que estaban apostados a la entrada de sucursal bancaria, se llevaban más de 120.000 euros en bolsas. A apenas unos metros habían dejado el vehículo arrancado, con el que pensaban abandonar Cangas, ciudad a la que seguramente no tendrían pensado retornar en su vida. Pero no fue así, rápidamente se percataron de la presencia de la Guardia Civil y mientras José Manuel Sánchez Vidal, de 43 años, levantaba los brazos para entregarse, a su espalda Sahagún empuñaba dos armas cortas con las que disparó contra los Guardias Civiles, hiriendo a uno de ellos, Marcos Aguirre, del cuartel del Arriondas, que había atravesado un Nissan de la Benemérita frente a la sucursal de Liberbank y obligando a que tanto Guardia Civil como un Policía Local repelieran el ataque, lo que se tradujo en el tiroteo de película que tardarán en olvidar en Cangas de Onís.

Juan Carlos Sahagún había sido famoso allá por 1970, cuando contaba 12 años, pero por otra cosa bien diferente, ya que aquel verano salvó la vida a dos hermanos que se ahogaban en las aguas del Ebro «ante la pasividad de otras personas mayores que contemplaban la escena", como cuentan las crónicas de aquella época. Juan Carlos fue entonces un héroe, uno de los 16 elegidos de la Operación Plus Ultra, de aquel año, un programa auspiciado por la Cadena Ser e Iberia, que anualmente premiaba a un grupo de niños por su valentía. Aquello le valió a Juan Carlos Sahagún para conocer a la Reina Faviola de Bélgica y al Papa Pablo VI.

Aquel héroe ponía fin a sus días el martes, en la sucursal de Liberbank de Cangas de Onís, de donde estuvo a punto de marcharse con 120.000 euros. Se descerrajó un tiro en los archivos de la oficina donde lo encontró la Guardia Civil, aún con un suspiro de vida, pero moría poco después.