Parte del entronque de la canguesa calle peatonal Celso Diego Somoano con la acera de la calle José Remis Ovalle (que baja hacia el Censu) cuenta con un escalón, que ya es conocido como “el de las fracturas”. El último damnificado es un parragués, que se fracturó una pierna tras resbalar bajando aquel escalón. «No es el primer caso, ya ha habido también algún esguince, la acera está rematada de manera muy deficiente, está inclinada y cuando está húmeda lo menos que te puede ocurrir es que resbales», apunta a EL FIELATO un vecino de la calle, que pide una barandilla «para evitar que nadie baje por aquella zona», o que se actúe sobre la acera para evitar que «no tengamos que lamentar una desgracia más grave».
