SOCIEDAD

El párroco Fueyo se despide de sus feligreses de Cangas de Onís y Parres

José Manuel Fueyo lamenta la decisión del arzobispo de Oviedo de trasladarle "me hubiera gustado seguir aquí al menos dos o tres años más para rematar algunas cosas iniciadas y afrontar otras"

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José Manuel Fueyo, párroco que deja Cangas de Onís

 

De nada sirvieron las más de dos mil firmas que se recogieron  en Cangas de Onís ni tampoco las llamada públicas que se hicieron para que Jose Manuel Fueyo Méndez permaneciese al frente de la parroquia de Cangas de Onís y del resto de parroquias de este concejo y también del vecino de Parres, que tenía asignadas. Fueyo ya no es el párroco cangués y se incorpora a su nuevo destino, Villaviciosa, para hacerse cargo de las parroquias de Careñes, Argüero, Arroes, Bedriñana, Castillo de la Marina, Oles, San Martín del Mar, Sariego, Tazones y Villaverde.

Antes de marcharse tuvo dos emotivas despedidas, una en Vallubil (Parres), en el “chigre” del pueblo, donde los vecinos compartieron con él una comida y se hicieron una foto para el recuerdo. Y la otra en Cangas de Onís, donde el viernes tenía lugar una cena en la Finca Villa María en la que más de 300 cangueses le mostraron el cariño y también el pesar por su marcha.

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José Manuel Fueyo, agachado, en el centro, con los vecinos de Vallubil (Parres).

Carta de despedida

Ante la imposibilidad práctica de despedirme personalmente de todos los feligreses aprovecho para haceros llegar esta carta.

La mayoría ya sabéis que me hubiera gustado seguir aquí al menos dos o tres años más para rematar algunas cosas iniciadas y afrontar otras, pero el señor Arzobispo decidió otra cosa, su decisión es la que cuenta en estos casos y el día de mi ordenación sacerdotal prometí estar a disposición del Obispo de turno. La verdad es que cada año somos menos curas para atender las mismas parroquias y la distribución resulta cada vez más complicada. Tendréis que ir adaptándoos a la nueva situación, porque no es lo mismo compartir un párroco entre cuatro parroquias que entrar en un lote de nada menos que 28 parroquias, que van a ser atendidas por dos párrocos. Y todo apunta a que ello supondrá ya de entrada una reducción en el número de celebraciones. Por lo demás, tanto Marcos como José Antonio son dos buenos curas, que seguro que pueden hacer lo poco que un servidor hacía y además mejorarlo con otras ideas que a mi no se me ocurrirían o no sería capaz de llevar a cabo. Os ruego que les acojáis tan bien como me habéis acogido a mí, porque ellos no tienen la culpa de que la “política” seguida en nuestra diócesis para la distribución del clero sea manifiestamente mejorable.

Aprovecho para daros las gracias por los buenos momentos vividos. Muchos sabéis que me costó venir, porque me alejaba un poco de la familia, en especial de mi madre, ahora ya difunta, y me tocaba sustituir a toda una institución, como don Luis, que también había sido jubilado “de aquella manera”. Además, al ser oriundo de la zona occidental, venía influido por una teoría que circula entre algunos curas y docentes, según la cual los del oriente de la región sois más “difíciles” para el trato y la convivencia que los del occidente. Pude comprobar que eran falsos mitos y me encontré aquí tan a gusto o más que en Allande, Tineo, Avilés y Oviedo.

Reitero las gracias igualmente por el homenaje-despedida de anteayer, por el del día anterior en Vallobil, por la campaña de firmas y por todas las muestras de apoyo recibidas, de palabra o por escrito, que rebasan con mucho mis méritos. ¡Hay que ver con qué interés se lo tomaron algunos feligreses, que no cito para no dejar nombres en el tintero! También es verdad que hay una teoría según la cual los curas más queridos y respaldados por sus feligreses no son precisamente los mejores. Arguyen los defensores de esta tesis que los más queridos suelen ser los que nunca ponen trabas ni para bautizar, ni para casar, ni para las comuniones, ni para horarios…Vamos, los complacientes, que van con los de la feria y vienen con los del mercado…Puede haber algo de verdad en esta teoría, por eso no me gustaría que se me identificase del todo con ese perfil. Un servidor intenta siempre hacer las cosas lo mejor que sabe y puede, intentando dejar por donde paso la mejor imagen de Iglesia que puedo. Obviamente no siempre lo consigo, pero lo intento. Por concretar el capítulo de agradecimientos, mención especial para el ya citado don Luis por la gran ayuda que me prestó estos cinco años y por su discreción y saber estar. El agradecimiento también para Jano por el tiempo en que prestó aquí sus servicios. Agradecimiento para las monjas del Hogar Beceña por sus oraciones y su labor sorda, no siempre bien reconocida, en especial para sor Felisa, que ahora está en León, y para sor Manuela, que colaboraron en la parroquia. Y agradecimiento, sobre todo, para los que colaboráis en las distintas tareas parroquiales, algunos de los cuales echáis una mano en casi todas las actividades por lo cual tenéis que pasar en la parroquia horas y horas. Seguro que el Señor os lo pagará con creces. Agradecer también el trato recibido en la calle por tanta gente, que, sin ser habitualmente de Iglesia, me trataron tan bien o mejor que los asiduos a la parroquia.  Y, como debemos proceder también con Dios, además del agradecimiento, la petición de perdón: por las palabras, acciones y omisiones que hayan podido molestar a alguien, por dedicar demasiado tiempo quizás a unas tareas y demasiado poco a otras. Lamento especialmente que algunos buenos colaboradores de la parroquia de Cangas se hayan alejado de la misma por mi causa. A veces todos queremos lo mejor, pero lo buscamos por distintos caminos y pueden surgir las disensiones. Como suele decirse, pasa en las mejores familias.

En fin, los mejores deseos para todos. Podría prometer volver por aquí con frecuencia, porque además mi nuevo destino no queda tan lejos, pero, como no pude volver mucho por mis cuatro destinos anteriores, sospecho que me sucederá igual ahora. Será más fácil que quien lo desee acuda a visitarme a mis nuevas parroquias. En la cabecera de la hoja queda el teléfono móvil para que podáis marcarlo siempre que queráis. Un fuerte abrazo a todos.  


José Manuel Fueyo deja las parroquias de Cangas de Onís y las que atendía en Parres y se hace cargo de varias parroquias rurales de Villaviciosa.