El último tramo del río Güeña antes de su desembocadura en el Sella ofrece estos días una imagen lamentable, con ambas márgenes plagadas de trozos de plástico enganchados en las ramas de los árboles y en la maleza.
Tiras y tiras de plástico, supuestamente de uso ganadero, que se ven desde Canzolaz hasta Cangas de Onís y que la última de las riadas dejó colgados en muchos casos, ahora, a varios metros sobre el cauce.