Reyes del baile a los 90 en Nava

Nonagenarios bailando en Nava

La danza no entiende de edad en Nava. Y si no que se lo pregunten a Julio Villa Vigil, que a sus 91 años arrasa cada sábado en el baile que la Asociación de Pensionistas y Jubilados “Alfonso X El Sabio” organiza en su sede de la calle Río Pra. En cuanto suenan las primeras canciones, sobre las cuatro de la tarde, se coge del brazo de su pareja Ángeles Canal - 87 años- y ya no la suelta hasta que los músicos se van, a eso de las nueve de la noche. Cumbia, boleros, vals, country o chachachá. Nada se le resiste. «Estamos esperando siempre con ansia a que llegue el sábado para venir a Nava porque lo pasamos pipa», afirma.

Hago ejercicio sin darme cuenta y sociabilizo. Es sin duda mejor para la salud que tomar medicamentos

Pero este vecino de Aramil (Siero), jubilado del campo, no es el único danzante longevo con el que cuenta el guateque naveto. En la pista se mide con otros dos grandes reyes del baile: Paco Rodríguez, que está a punto de cumplir los 90 años y Orencio Corte, que ya los alcanzó el pasado mes de julio.

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Flor Riva y Gonzalo Agüeria bailando agarraos.

A Paco, jubilado de la empresa Ceyd y vecino de Ceceda, le acompaña en la coreografía su hija Rosana, desde que su mujer, Sara Díaz, falleciera tristemente hace unos tres años. La lista de beneficios que le aporta el baile, asegura, son innumerables: fortalecimiento de músculos, especialmente de piernas y caderas, mejora de la circulación y, sobre todo, de la autoestima. «Hago ejercicio sin darme cuenta y sociabilizo. Es sin duda mejor para la salud que tomar medicamentos. Me da mucha vida y me ayuda a olvidar las penas», insiste el hombre, que también es asiduo a los bailes que la asociación de Jubilados y Pensionistas “Virgen de la Cueva” ofrece los viernes en Infiesto. Aunque se atreve con todos los estilos, uno de los que más le gusta es el tango. 

Orencio, por su parte, va cambiando de pareja según el día ya que, por motivos de salud, su mujer Ernestina Solares -con la que lleva 66 años casado- hace meses que no acude a la cita naveta. Voluntarias para acompañarle en un pasodoble nunca le faltan. «Lo bueno de venir es que haces muchos y muy buenos amigos. Sin contar con lo beneficioso que es practicar ejercicio para el corazón», enumera.

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Rosana Rodríguez y Paco Rodríguez.

A punto de entrar en el club de los nonagenarios bailones se encuentra Gonzalo Agüeria, de Vega de Sariegu quien, a sus 88 años, confía en seguir «teniendo salud muchos más» para poder lanzarse a la pista naveta al ritmo que marca su esposa Flor Riva. «Yo vengo por prescripción médica», bromea ella. Y matiza: «Padezco fibromialgia y el especialista me dijo que bailar era mejor que ir al gimnasio». Pues ¡que siga el baile!