Neorrurales en Cabranes

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photo_camera Lorena y Javier, neorurales en Cabranes.

De la ciudad al pueblo

Lorena Pérez, que se crió entre Villayón y Navia es ingeniera agrícola y tiene un máster de Energías Renovables. Igual que muchos jóvenes asturianos tuvo que buscarse la vida fuera, en Francia, donde estuvo siete años, siempre con una idea fija, «regresar y poner en marcha un proyecto en Asturias». Ella y Javier Rodríguez,  Técnico Superior en Diseño y Producción Editorial, oventense de La Corredoria, se han venido a vivir a Pandenes, en Cabranes. Javier dejó su trabajo en una empresa de artes gráficas, vendió su piso y apostó por un nuevo proyecto de vida con Lorena. Son los últimos neorrurales que han llegado a Cabranes.

– ¿Por qué elegisteis Pandenes?

– En realidad, fue un poco producto del azar, una suma de características que hizo de esta casa la elegida. Quizá lo más importante y que nos hizo descartar otras propiedades, fue el tipo de suelo dentro del catálogo urbanístico, el cual nos brinda un abanico más amplio a la hora de poder desarrollar actividades y que la administración te permita el desarrollo de la actividad con total seguridad.

– ¿En que estáis trabajando?

– [Javier] Desde ese momento que tomamos la decisión que irnos a vivir a un pueblo comenzamos a formarnos y elaborar nuestros proyectos de emprendimiento. Yo (Javier) estoy trabajando en la Agenda de la Fotografía 2021, una agenda personal diferente con citas inspiradoras, autores y curiosidades sobre la fotografía como nunca te lo habían contado. Y lo hago a través de la plataforma de micromecenazgo Verkami.

De momento no nos podemos quejar, son encantadores, todos se sorprenden que nos quedáramos a vivir permanentemente y no solo los fines de semana. 

- Un proyecto que pivota en internet. ¿Pandenes está bien conectado?

– Internet llega malamente y tenemos que utilizar tecnología 4g que apenas llega a un 30% de cobertura, algo inconcebible a día de hoy, pero sabíamos que nos iba a ocurrir, y habiendo un mínimo de cobertura, no nos iba a impedir seguir hacia delante con nuestro objetivo.

-¿Cómo se pueden adquirir la agenda y el calendario, porque también existe esa posibilidad?

– En realidad Verkami, como otras plataformas de crowdfunding, son sistemas de recaudación de fondos, y en el caso de llegar al objetivo marcado es cuando sale adelante. Por decir de alguna manera se realiza una precompra. Para ello los autores proponemos una lista de distintas opciones, en este caso, agendas y calendarios por individual o en conjunto, para que los mecenas puedan aportar con alguna de esas opciones.

– Vuestra otra apuesta es la agricultura ecológica, ¿ya lo tenéis en marcha?

–  [Lorena] Llegamos aquí en pleno confinamiento, la idea inicial era producir faba ecológica para hostelería y meterse un poco en apicultura. Tras el retraso de un mes en la firma de la escritura, llegamos lo suficientemente tarde para instalarnos y poner estas dos cosas en marcha.

Ante la incierta situación actual estoy preparando distintos escenarios, puesto que durante un tiempo la hostelería no va a estar muy operativa, y es complicado elegir un camino con tanta incertidumbre. Lo que sí tengo claro que será ecológico y de “kilómetro 0”.

– Aquí en la Comarca de la Sidra hay ayudas Leader, ¿os habéis planteado solicitarlas?

– Llevamos un año estudiando el asunto de las ayudas, cuando no lo teníamos claro, en este estado actual de pandemia, nos hace dudar aún más. Ambos somos partidarios de la idea de la diversificación, como dicen nuestros abuelos: “no poner todos los huevos en el mismo cesto”, y choca frontalmente con el enfoque que tienen las ayudas, que te obligan a especializarte en 1 sola cosa.

– ¿Cómo os han recibido vuestros nuevos vecinos?

– Las extrañas circunstancias tampoco permitieron una presentación en condiciones, además la casa en la que estamos está un poco alejada de lo que es el pueblo. Al tener los contenedores de reciclaje al lado de nuestra casa, pues cuando sentíamos ruido asomábamos por encima del muro y saludábamos a los vecinos, y nos presentábamos, no vimos muy procedente ir en ese momento puerta por puerta a decir “hola, somos los nuevos”. Así que tardamos un mes más en poder ir conociendo a más vecinos, y aún nos queda alguno por conocer.

De momento no nos podemos quejar, son encantadores, todos se sorprenden que nos quedáramos a vivir permanentemente y no solo los fines de semana.