El Aguinaldo es ese kilómetro cero al que vuelven los ponguetos cada año, por muy lejos que vivan

De la comitiva de los veinte aguinalderos que salieron con el Guirria a pedir el pasado 1 de enero, los menos son los que residen en San Juan de Beleño. No siempre fue así, pero el devenir de la vida ha hecho que la chavalería no abunde en los municipios de la zona rural, como es el caso de Ponga, aunque hay que hacer un inciso, porque si todo se desarrolla con normalidad, y visto el empeño del actual gobierno municipal, de la alcaldesa Marta Alonso, quizás en unos años se de la vuelta a la tortilla, de momento se va a poner en marcha la escuela de 0 a 3 años, toda una apuesta para afianzar población en un municipio que es Parque Natural y Reserva de la Biosfera, con todo lo que esto conlleva.

Entre los que viven en San Juan hay varios solteros cincuentones

Así las cosas, las pasadas Navidades, como ocurre cada año, se abrieron un buen número de casas de la capital pongueta, que permanecen cerradas la mayor parte del año. A San Juan, para vivir el Aguinaldo volvieron los de la Casa Arriba, que ha visto como generación tras generación, primero en burro y después a caballo, cada Año Nuevo siempre hay aguinalderos a los que pertrechar. Los Mones son otros que también regresan a Beleño en Navidad, y lo hacen desde México, porque no quieren perderse el Aguinaldo, Lorenzo de 12 años, continúa la tradición de su padre, Álvaro.

Desde Oviedo, desde Gijón, desde Cangas de Onís…., mozos y críos retornan al pueblo de sus raíces para mantener viva la tradición del Aguinaldo y el Guirria, que desde la Guerra Civil sólo se suspendió el año pasado, en 2021, a causa de la Pandemia.

David Granda con Marta Martínez, una de las parejas que salió del sorteo que se celebra la víspera del Aguinaldo. Marta, cumplidos ya los 15 años, era la primera vez que entraba en el sorteo y se mostraba encantada. Debajo a la grupa con su aguinaldero.

Los críos van en burro detrás de la comitiva de los mozos que ya tienen rango para ir a caballo.

La pandemia hizo que este año el Guirria fuese menos sobón que nunca. A la derecha con otra de las parejas salidas del sorteo de la noche anterior, Antonio López y Ángela Mato.