Campillo, cuando cierra el albergue al final de la temporada, coge la paleta

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photo_camera Adolfo Campillo.

Adolfo Campillo es un cabraliego polifacético, una persona de esas que no sabe estarse quieta. Adolfo, que regenta el Albergue Villa de Bulnes, en la homónima localidad de Cabrales, es un amante de la tierra que le vio nacer, los Picos de Europa,  de ahí su pasión también por las carreras de montaña. Pero en el ámbito profesional, una vez concluida la temporada turística, el cabraliego se dedica a la construcción y reformas en general, para lo que ha creado la marca “Construcciones Campillo”.

El miembro de la saga de Guillermina Mier apunta que «trabajé para otros y decidí ponerme por mi cuenta; es una actividad que me gusta y que puedo compaginar con el albergue», asegura el de Cabrales, que la semana pasada remataba dos obras en Onís.