Carta de despedida de José Antonio Campo Viejo al crítico gastronómico Pepe Iglesias

pepe-iglesias
photo_camera Falleció el crítico gastronómico Pepe Iglesias.

Obituario del crítico gatronómico Pepe Iglesias

Llegué a retarme a muerte con él y a él se lo debo todo.

Lo que somos, se lo debemos en gran parte a Pepe Iglesias. Desde aquel día que, pasando por allí, Pepe paró a miccionar, vio la carta, se sentó a comer en el Español y se quedó ya siempre con nosotros. Para que me entiendan, Pepe llegó a venirse a vivir a Arriondas, por estar cerca de lo que aquí estaba pasando. Quizás, en esta época de cámaras, redes sociales y sobreexposición, no atisbemos a entender lo que, hace más de 20 años, significó Pepe Iglesias para aquellos que teníamos un sueño gastronómico, como lo ha sido El Corral para mi compañera Yolanda, y para mi.

Quizás, perdóneme Pepe las palabras, yo no alcance a explicar que lo que hoy es la gastronomía asturiana, se lo debemos a Pepe Iglesias. Así que voy a decirlo así, sin más miramientos.

Con Pepe Iglesias, se va parte de la historia de la gastronomía Asturiana que conocemos y también de El Corral y la vida, de golpe, nos recuerda que el tiempo pasa.

Cuando el Yantar, de El Comercio, arrancó y en aquellas páginas se habló de la gastronomía por primera vez, en un formato tan importante como éste para todos los Asturianos, ahí estábamos nosotros, los jóvenes que éramos Paco, Nacho, Pedrito… Pepe Iglesias se atrevió a darnos voz, a mostrar lo que se cocía en una generación que, sin él, lo hubiera tenido muchísimo más difícil.

Allí, y en las páginas de otros tantos a los que él dio la voz de aviso, pudieron encontrarnos y ser visibles para una sociedad que demandaba una nueva forma de entender el acto gastronómico. Pero sobre todo, fue importante, para nosotros, ávidos de contar nuestra forma de entender Asturias a través de la cocina.

Así que hoy, con Pepe Iglesias, se va parte de la historia de la gastronomía Asturiana que conocemos y también de El Corral y la vida, de golpe, nos recuerda que el tiempo pasa.

Pepe Iglesias, como sabéis, no dejaba indiferente, era capaz de todo y todo lo daba por esta gastronomía que hoy podemos englobar en el PIB y que llamamos industria, pero que hace décadas -cuando Pepe Iglesias- tenía únicamente la pureza del gusto, del sueño, de la juventud que ya se nos fue.

Que el tiempo pasa ya lo sabíamos, que la realidad golpea no se nos escapa. Pero qué triste la vida cuando ocurre y ya, por desgracia, nunca más volverá a pasar.

Descansa en Paz Amigo y, aunque no lo quisieras, Compañero.