«Espero que esta crisis sirva para entender que los ganaderos somos imprescindibles»

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photo_camera Gaspar Llerandi en su explotació lechera de Llames de Parres.

El campo asturiano no entiende de coronavirus

El coronavirus está poniendo a prueba el campo asturiano, donde agricultores y ganaderos, lejos de poder quedarse en casa, redoblan sus esfuerzos para que no falten alimentos en ninguna despensa de la región.

Una labor por la que sacan pecho campesinos como Gaspar Llerandi, que atiende sin descanso a más de medio centenar de vacas de leche en su explotación de Llames de Parres. «Hasta hace cuatro días se metían con nosotros, que si las vacas contaminaban mucho, que si esto, que si lo otro. A ver si esta crisis sirve para que la sociedad entienda que somos imprescindibles», apunta. De media, Llerandi produce 25.000 litros de leche mensuales, una cifra que mantendrá pese a que la demanda va en aumento. «Las vacan dan lo que dan, no se pueden forzar», explica. Su jornada empieza a las 7.30 horas de la mañana y se centra estos días, entre otras cosas, en abonar la tierra y prepararla para la siega de mayo. «Si no lo hago ahora me quedo sin poder hacer bolos de hierba para el invierno. Es todo una cadena», razona el ganadero, que prolonga su trabajo hasta cerca de las diez de la noche. Llerandi lanza un mensaje a los urbanitas para que respeten el confinamiento «y acabar con esta crisis entre todos lo antes posible».

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José Luis Alonso, pastor y quesero elaborador de Gamonéu del Puertu.

Una misiva que comparte el elaborador de Gamonéu del puertu José Luis Alonso, de la quesería Uberdón. «Tenemos que poner todos de nuestra parte. Yo salgo lo justo para ver que los animales están bien y bajo a Cangues lo menos posible, a comprar pienso y poco más», indica el joven, que pasa la invernada en el núcleo rural de Gamonéu y el verano fabricando queso en la vega de Gumartini en plenos Picos de Europa. Alonso hace hincapié la labor que desarrollan estos días los campesinos, especialmente de aquellos que se dedican a la ganadería de carne. «Si ellos parasen la gente iba a pasar mucha fame. Hasta ahora no hacían más que ponerles trabas. Esperemos que se reconozca su esfuerzo», concluye.