Anda la oposición canguesa muy revuelta con el ensanche de la acera del Puente Romano. Los socialistas, aún groguis desde las elecciones, dan síntomas de un tremendo despiste, casi tan mayúsculo como el del concejal Podemita, que hasta cree haber dado en la obra de la acera con una ramificación de la trama Gürtel. El caso es que con la obra sin terminar, cualquiera que se de un paseo por la nueva acera se da cuenta de que aquello ha ganado en seguridad para los peatones y en prestancia para la ciudad. Decir lo contrario es no querer ver la realidad. Sobre lo de las caravanas kilométricas y atascos que más de uno está deseando ver tras estrecharse el vial en el puente... pa que vamos a hablar, hay que ser muy cenutrio.
J.Peruyera.
