Sidrería El Mirador de Arriondas
El mes de octubre pasado echaba el cierre la sidrería El Mirador de Arriondas, un negocio que primero regento Belisario Suárez Pellico y después su hijo, Belisario Suárez Somoano, entre los dos sumaron casi medio siglo al frente de la histórica sidrería parraguesa.
Borja Martínez, el hostelero cangués, que ahora regenta El Mirador de Arriondas.
Ayer, 22 de abril, reabría El Mirador y lo hacía con un simbólico traspaso del testigo por parte de Belisario “Beli”, al hostelero cangués Borja Martínez “Borjita”, que decidió saltar a la otra orilla del Sella para «hacer realidad uno de mis sueños», asegura, y poner en marcha una sidrería del siglo XXI, que firma la interiorista Ángela de Soto.
Borja Martínez apuesta en El Mirador por una cocina de mercado, con los pescados y mariscos como máximo exponente, que llegan hasta Arriondas directamente de las rulas de Ribadesella, Llanes, Tazones, Luarca, Pedreña y O’Grove.
Pero en la carta hay mucho más: carne a la parrilla, cachopos, arroces, “Los guisos de mi güela” (recetas de cuchara que forman parte de la gastronomía local desde siempre) y una amplia oferta de tapeo y platos para compartir y acompañar con Sidra Foncueva, en exclusiva. La otra apuesta de El Mirador son los grifos de la cerveza Mahou Tanque “sabor directo de fábrica”, una caña de cerveza que “entra muy bien”.
La terraza, completamente rediseñada, es otra de las grandes bazas de El Mirador, donde ya había que hacer cola el primer día.
El Mirador reabrió sus puertas tras una reforma y actualización integral.
Belisario Suárez le dio el testigo a Borja Martínez a la puerta del establecimiento.
La Peskatería en Cangas de Onís
En las próximas semanas reabrirá, tras el parón invernal, el establecimiento que Borja Martínez tiene en Cangas de Onís, que cambia de denominación, dejando atrás el nombre de El Campanu y pasar a llamarse La Peskatería, en el mismo lugar, junto al Puente Romano, con una imagen renovada y más actual.
Uno de los rincones de la nueva sala del restaurante-sidrería El Mirador.
La "cetárea" de El Mirador se ha convertido en todo un espectáculo para los transeuntes de la arteria principal de Arriondas.
La carta
