Música artesana con sello piloñés

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photo_camera Juan Jesús Martino, Sonia Estrada, Ramón Blanco y José María Aladro.

Grupo Llendón

Bandas hay muchas. Que fabriquen sus propios instrumentos, no tantas. Una de esas raras excepciones es el grupo “Llendón”, que nació a mediados de 2018 en Piloña con el objetivo de dar un impulso a la música folk rural. Y desde entonces lo está consiguiendo a base de rescatar piezas del cancionero tradicional asturiano pero también elaborando temas propios como “El Paisanín” o “El Asturcón”, muy aplaudidos por la crítica.

De poner ritmo a “Llendón” –palabra que en asturianu significa prado abierto dedicado a pastos–  se encargan cuatro piloñeses: Sonia Estrada (gaita, flauta y voz), Ramón Blanco (percusión), Juan Jesús Martino (composición, voz y percusión) y José María Aladro (voz y guitarra). Unidos por lazos de amistad y por sus inquietudes musicales, comenzaron a quedar para «echar un canciu por los bares de Infiestu» pero la buena acogida del público los llevó a girar por concejos como Oviedo o Ponga. «No hay mayor premiu que ver a la gente bailando con una canción tuya», subrayan.

Jotas, muñeiras, vals, pasodobles, romances tradicionales... todo cabe en su repertorio. «Queremos que el folk vuelva a coger el puxu que tenía en esta zona en los años noventa», insisten.

Los “llendones” piloñeses se han tomado tan en serio la búsqueda de un sonido propio que hasta fabrican sus instrumentos de percusión. «Los panderos los hacemos nosotros desde cero. Vamos experimentando a través del método ensayo-error con distintos procesos y tamaños y no ocupamos desde el aprovisionamiento del peyeyu de corderu hasta el remate final», explican.

Los retos para 2020 los tienen claros: seguir disfrutando con la música folk como hasta ahora y grabar un par de videoclips con sus temas propios.