Nace un bebé en Torió, 35 años después

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photo_camera Jimena sostiene a Gonzalo en brazos, con su hermana Inés.

Gonzalo Carrizo Serrera es el primer bebé que nace en Torió en más de tres décadas. Por eso, los vecinos de esta localidad canguesa, que cuenta con apenas una docena de habitantes, están deseando que pase el confinamiento  decretado por la crisis sanitaria del coronavirus para conocerlo en persona. Y es que la llegada al mundo de Gonzalo supone un halo de esperanza ante el drama de la despoblación rural.

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Inés y Jimena con su hermano Gonzalo en Torió.

Sus padres, el catalán Nacho Carrizo y la gijonesa Carmen Serrera, son de las pocas parejas jóvenes que residen en la zona. En Torió encontraron hace tres años un refugio en el que poder dejar atrás las prisas y el estrés de la gran ciudad. Allí se instalaron en compañía de sus hijas mayores, Jimena e Inés (de 7 y 4 años de edad), y pusieron a funcionar una casa de aldea. No se arrepienten de echar raíces en el campo. «Desde el principio nos hemos sentido muy bien acogidos aquí. Aunque no pueden venir a visitarnos por precaución, ya hemos recibido unas cuantas llamadas de vecinos felicitándonos por el nacimiento», afirma el padre. «Están todos siempre pendientes de nosotros y como no hay más críos aquí nuestros hijos son los reyes», agradece.

El último niño que nació en Torió antes que Gonzalo fue Manuel Antonio Sánchez Fernández, que este año cumple 35 primaveras

Gonzalo nació el 9 de abril en el hospital “Grande Covián” de Arriondas y pesó 2,700 kilogramos. En apenas veinticuatro horas obtuvo el alta médica. «Dada la situación excepcional en que vivimos, y como tanto él como su madre se encontraban bastante bien, los profesionales nos recomendaron que nos fuéramos a casa y estuviéramos aislados», explica el progenitor. De momento, el bebé sólo conoce a parientes y vecinos por vía telemática.

El último niño que nació en Torió antes que Gonzalo fue Manuel Antonio Sánchez Fernández, que este año cumple 35 primaveras y se dedica a la ganadería. Tanto él como el resto de residentes están deseosos de que concluya el estado de alarma para  coger en brazo vecino y hacer una gran celebración en su honor.