Remate de la temporada turística en Asturias

carta-jaime-rodrigez

Alerta naranja en el Oriente de Asturias

El pasado día 26 se presentaba la campaña turística “asturiasalogrande”. Justo un día después se declaraba la “alerta naranja” en los cinco concejos de mayor actividad turística del Oriente de Asturias. La rueda de prensa, ha tenido un importante impacto mediático traducido en una avalancha de cancelaciones de estancias y la caída en picado de las reservas.

Debido a la gran afluencia turística se han definido unos “puntos calientes” y se lanza una alarma cuando ya pasó el periodo de máxima afluencia. ¿Y qué implica la alarma naranja? pues solo un vago “hay que extremar las medidas preventivas” ¿pero qué sentido tiene hacer prevención cuando ya ha pasado el pico de afluencia?... en todo caso estas medidas preventivas se tendrían que haber fijado antes de la temporada turística… ¿o es que nadie sabía que durante el verano habría mucha gente en sitios como la ruta del Cares, Covadonga-Lagos, Gulpiyuri, el Sella, el Fitu, etc. ? Vaya… igual que todos los años! pero también en otros puntos conocidos del Principado. ¿Dónde estaba la preocupación y las previsiones para hacer de esos espacios lugares accesibles, amigables y seguros en la situación que tenemos? ¿Dónde estaban las medidas de prevención y refuerzo de la seguridad que anuncian ahora, pasado lo fuerte de la temporada? Pues la respuesta es sencilla… esa planificación y esas decisiones estaban sin tomar... Seguro que los políticos de turno se fueron de vacaciones y es ahora, al volver a su “trabajo” cuando se ponen a pensar en los problemas de la temporada turística para arreglarlos… lo mismo que han esperado a que llegue el inicio del curso para ponerse a trabajar en las medidas preventivas… ¡no han tenido tiempo de hacerlo antes!

Cualquier empresario de estos cinco concejos ahora en alerta naranja, al igual que el resto de los empresarios de los 73 concejos restantes de Asturias, dedicamos los meses que nuestros negocios estuvieron cerrados para informarnos, formarnos y prepararnos (incluidos gastos e inversiones) para lo que se nos venía encima cuando las circunstancias nos permitieran retomar la actividad

La gran diferencia entre lo público y lo privado es la obligación que tenemos los empresarios de hacer las cosas bien para poder mantener las empresas y los empleos a flote. Nos va la vida en ello. Los políticos y gestores de la cosa pública tienen el sueldo asegurado a finales de mes lo hagan bien, no den un palo al agua, lo hagan mal, o metan la pata hasta atrás. Y así nos va…

Todos los empresarios teníamos asumido que tendríamos que cerrar nuestro negocio si se diera un positivo.

Cualquier empresario de estos cinco concejos ahora en alerta naranja, al igual que el resto de los empresarios de los 73 concejos restantes de Asturias, dedicamos los meses que nuestros negocios estuvieron cerrados para informarnos, formarnos y prepararnos (incluidos gastos e inversiones) para lo que se nos venía encima cuando las circunstancias nos permitieran retomar la actividad. Y creo que tan mal no lo hemos hecho porque el número de casos en Asturias, en un verano de récord de afluencia, ha sido mínimo y proporcionalmente insignificante. Y desde aquí quiero reivindicar el mérito de este esfuerzo colectivo para que nuestros turistas disfrutaran de Asturias y al mismo tiempo se sintieran seguros. Pero ¿y la administración regional? ¿Que hicieron los responsables públicos de los espacios naturales, de la seguridad ciudadana, etc. para anticiparse a la temporada turística en tiempos de COVID? ¿sirve de algo cerrar ahora el mercado de Cangas, o restringir los accesos a Gulpiyuri o la ruta del Cares cuando ha pasado el “mogollón”? ¿Dónde estaban los responsables que tenían que velar por las medidas de seguridad en las oleadas de visitantes transportados en bus a Los Lagos?... ¿o donde estaban los encargados de controlar las acampadas ilegales, los cientos de autocaravanas y furgonetas pernoctando en espacios públicos (incluso en Los Lagos), o las decenas de alojamientos ilegales en los que se alojaban personas sin ningún tipo de control o cobertura legal ni sanitaria?  ¿interesaba la seguridad de las personas y los turistas entonces o solo interesa ahora para quedar bien de cara a la galería?

Todos los empresarios teníamos asumido que tendríamos que cerrar nuestro negocio si se diera un positivo. Teníamos claro y asumido como propio que el cierre era la medida justa ya que por encima de la economía está y debe estar siempre la salud y el interés general. Pero nadie esperaba que, pasado el momento de mayor peligro de contagio, se decretase una “alerta” que está generando un impacto totalmente negativo sobre la imagen de Asturias como destino seguro para este otoño.  Y digo sobre la imagen de Asturias porque el perjuicio se ha hecho a Asturias y no solo a los cinco concejos señalados.

Señores políticos, como muy bien saben hacer en época de elecciones, los mensajes hay que darlos en positivo y deberían tener una estrategia de comunicación consensuada, porque de nada sirve gastarse más de 400.000€ en una campaña de promoción para este otoño cuando sin gastarse un duro hemos salido en todos los medios de comunicación con el decreto de una “alerta naranja”, léase “zona peligrosa para el turismo”, en nuestro territorio. El mensaje podría, y debería, haber sido otro muy distinto, hablando de los extraordinarios resultados en cifras (¡esas cifras de las que tanto les gusta presumir cuando les interesa!) y de los escasos contagios registrados en nuestros “puntos calientes” gracias, entre otros, a los esfuerzos de los empresarios que hicieron las cosas cuando y como las tenían que hacer. Pero esa contradicción entre los mensajes que lanzamos la pagaremos (o mejor ya la estamos pagando) muy cara porque hemos pasado de vender “asturiasalogrande” a “cagarlaalogrande”.

Señores políticos, señores funcionarios… nosotros, los empresarios, si hicimos nuestro trabajo cuando había que hacerlo ¡Ustedes NO!

Jaime Rodríguez Alonso (Empresario de Turismo Rural - Cangas de Onís)