«Es una decisión firme y que no tiene marcha atrás, al final de la temporada dejaré la presidencia», así de tajante se muestra Ramón Hevia, presidente del Cánicas A.C. de Cangas de Onís sobre su continuidad una vez concluya la temporada y también el segundo de sus mandatos al frente del club de fútbol cangués.
«Creo que ocho años son una cifra suficiente, ahora es bueno que gente nueva se haga cargo del club, a mí me van a tener aquí para echar una mano en lo que haga falta, pero no como presidente ni como miembro de la directiva».
Ramón Hevia concluirá así ocho años de gestión al frente de un club que cogió “cerrado” (estuvo dos temporadas sin actividad) y que ahora asegura dejar «saneado» y con el bagaje de contar con alrededor de 120 chavales en sus filas. «Mi apuesta y la de la junta directiva fue por el fútbol formativo. Un fútbol que nunca apartase a quienes lo practican de los estudios, y lo conseguimos en cierto modo, aunque aquí nos topamos con muchos padres, que pensaron que sus hijos eran auténticos fenómenos que iban directos a Primera División. La realidad fue otra». El Cánicas llegó a contar con un profesor particular para que los jugadores hiciesen los deberes, «era algo voluntario..., pocos se apuntaron», recuerda Hevia; y desde que llegó al club se institucionalizó la figura del Psicólogo, «para mí imprescindible en un club como el que tenemos aquí».
Hevia echa la vista atrás y agradece el apoyo de quien fue Consejera de Cultura y Deportes del Principado, Ana Rosa Migoya, «gracias a ella tenemos hoy el campo de fútbol que tenemos en Cangas y no otra cosa que pretendían hacer» y también a los alcaldes con los que le tocó convivir, «tanto Alfredo primero, como ahora Pepín, se han portado de maravilla con el Cánicas. Eso también hay que decirlo».
Ramón Hevia volverá a recordar durante la comida de Navidad del club que se celebra en los próximos días, que es necesario que alguien coja el relevo. «Estoy intentando que se involucre gente del fútbol, que se hagan cargo de la directiva personas que jugaron en su juventud en el club o que practicaron en otros clubes. Creo que es importante que sea gente así y que se vean obligados a coger esta parcela los padres de los jugadores».
