Una “hija del mar” de madre polesa

Alicia Vallina desvela en su primera novela la historia de Ana María de Soto, una mujer que, disfrazada de hombre, se alistó en la Armada Española en 1793

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photo_camera Alicia Vallina con su libro, "Hija del mar".

Cuenta Alicia Vallina, (La Pola, 1976) que su primera novela, “Hija del mar”, publicada el pasado mes de abril por la editorial Plaza & Janés, es fruto de una ausencia. «Cuando me designaron directora técnica del Museo Naval de San Fernando, en Cádiz, la primera vez que recorrí sus salas me sorprendió muchísimo que no hubiera en el discurso expositivo presencia femenina ni apareciera mencionada ninguna mujer que hubiera sido relevante en la historia de la Armada española y me propuse, desde el punto de vista de la investigación, que si las había, las sacaría a la luz», explica la periodista e historiadora, que el pasado sábado presentó su libro en el Teatro Auditorio de Siero.

«Feliz» de hacer parada «en casa», Vallina desveló los detalles que la llevaron hasta Ana María de Soto, su protagonista. «A partir de las charlas con un coronel ya fallecido, Luis Solar, investigué los archivos de la Marina y en el Archivo General de Marina Álvaro de Bazán, consultando los cuadernos de las guarniciones de las fragatas, apareció su nombre», relata.

A mí lo que me interesaba era descubrir cómo y en qué momento se produjo esa ruptura o ese cambio radical que ella hizo para romper con ese destino predeterminado que le estaba atribuido por el simple hecho de ser mujer.

Así, pudo descubrir que había nacido el 16 de agosto de 1775 en Aguilar de la Frontera, localidad cordobesa cercana a Montilla, que se había alistado en 1793 con el nombre de Antonio María de Soto y que la primera vez que embarcó fue como granadera en la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, el 4 de enero de 1794.

Vallina, experta en el contexto histórico y basándose en los datos recogidos, optó por novelar la parte de historia que faltaba y tras varios años de publicar ensayos, se sumergió de lleno en una historia llena de aventuras y de valores. «Ana María es una excusa muy potente para mostrar una serie de sentimientos que estoy segura que ella tuvo y que la lastraban», asegura la historiadora, que menciona la culpa, el miedo y la vergüenza. «A mí lo que me interesaba era descubrir cómo y en qué momento se produjo esa ruptura o ese cambio radical que ella hizo para romper con ese destino predeterminado que le estaba atribuido por el simple hecho de ser mujer y se lanzó con coraje y valentía a un futuro completamente incierto con unas dificultades sobreañadidas tratando de ocultar su sexo en espacios tan angostos y complicados como los barcos», añade.

Hay un personaje, Manuel Fonseca, Manuel “el Asturiano”, que canta un villancico popular que me cantaba a mí mi abuela, y me llama enormemente la atención que quienes me conocen y la han leído me digan que ven mucho de mí en ella

Y como en todo cuento, hay moraleja. «Yo creo que ella descubrió que la auténtica esencia de ese viaje, que fue físico y metafórico, fue entender que el gran valor de la vida es ser mujer», sostiene.

Por otro lado, Vallina apunta que también hay cosas de Asturias en “Hija del mar”. «Hay un personaje, Manuel Fonseca, Manuel “el Asturiano”, que canta un villancico popular que me cantaba a mí mi abuela, y me llama enormemente la atención que quienes me conocen y la han leído me digan que ven mucho de mí en ella», reconoce.

En cuanto a la acogida, Vallina asegura que «está siendo fabulosa, con la primera edición casi agotada» y define la novela como  «muy ágil, para todos los públicos y que te permite entrar de lleno en la historia». Asimismo, reconoce que ya está trabajando en la siguiente, de la que aún no puede desvelar el contenido. «Continuará en esta línea de aventuras, de novela histórica y centrada en los valores  positivos que mueven el mundo; en momentos tan complicados como los que tenemos ahora, es momento de darnos cuenta de que necesitamos a los demás», asegura.

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