SOCIEDAD

Más de 80 personas se reúnen en el primer encuentro de extrabajadores de Pracesa

Después de cuarenta años desde su cierre, la familia de Pracesa celebra un encuentro en Lugo de Llanera, localidad en la que se asentó la empresa.

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Tarde para el recuerdo en Lugo de Llanera

 

 

La tarde del pasado jueves en Lugo de Llanera fue una tarde para el recuerdo y la emoción de los más de 80 extrabajadores de la desaparecida PRACESA (Productos Antiácidos y Cerámicos S.A.)  que participaron en el primer reencuentro de los antiguos compañeros después de cuarenta años. Era una asignatura pendiente que se aprobó, y con sobresaliente.

 

A las seis de la tarde, en la sidrería Picu Urriellu de la localidad, comenzaron a llegar los asistentes.  Los apretones de manos, los besos y los abrazos dieron paso a los buenos momentos vividos en la empresa. «Éramos unos neños y ahora somos unos vieyos», señaló, a modo de broma, una de las 12 mujeres que formaron parte de la plantilla, Marisa Martino, tras saludar a su compañero en las oficinas José Ramón Fanjul.

 

Todos guardan  muy buenos recuerdos de sus años de trabajo en Pracesa, como María Luisa Martínez: «Era una empresa familiar, con muy buen ambiente y compañerismo entre todos». Martínez comenzó a trabajar en el año 1961 y pasó allí toda su vida porque, tras el cierre de Pracesa, continuó trabajando en Salamarca ( Sociedad Anónima Laboral de Materiales Antiácidos, Refractarios y Cerámicos) que fundaron un grupo de trabajadores hasta jubilarse.

 

Aseguran que el trabajo era duro, pero «se trabajaba con alegría». La empresa, asentada en Lugo de Llanera, abrió sus puertas en 1956 y se convirtió en un referente en todo el territorio español. Fue la única en España en la fabricación de antiácido y suministradora del refractario de la principal siderurgia española. También exportó sus productos a países como Argelia, Venezuela y Marruecos. La plantilla de Pracesa fue muy estable, llegando a sumar 280 personas.

 

En material laboral y social era una compañía con miras de futuro y muy avanzada para su tiempo, con unas prestaciones que hoy parecen una quimera. «En aquellos años llegamos a conseguir que se dejase de trabajar los sábados, fue un avance espectacular por extraño que ahora pueda parecer», aseguró Fanjul, quien recuerda que los salarios eran muy buenos, «la empresa pagaba muy bien», señaló. Incluso llegó a contar con cuatro pagas extras, a las dos anuales se sumaba una de beneficios y otra de fomento de la cultura. También contó con un equipo de fútbol (durante cinco años jugó el Campeonato de Fútbol de Empresas) y otro de bolos que fue subcampeón del Trofeo del Ministerio de Trabajo en el año 1964. Fanjul recuerda que perdieron la final contra la Peña de Laviana.

 

El impulsor del encuentro del pasado jueves fue de unos de sus trabajadores, Abel González, tras preparar un artículo para la revista Perxuraos de Llanera. González, para ponerse al día con los datos de la empresa, contó con la colaboración de dos de sus compañeros: Ángel Gutiérrez y José Luis Fernández. « En los encuentros que mantuvimos empezamos a comentar que estaría bien verse y hoy (por el jueves) estamos aquí».

 

Tras cerrar, un grupo de trabajadores crearon Salamarca, continuando con la actividad. Actualmente ambas empresas forma parte de la historia del concejo.