SUCESOS

Los celos fueron el móvil del asesinato del concejal de Llanes Javier Ardines

25.000 euros por matarlo y "sólo" 11.000 si quedaba herido

asesinato-ardines-pedro-nieva.jpg

Asesinato de Javier Ardines

 

La Guardia Civil detuvo la madrugada del martes 19 de febrero a tres de los implicados en el asesinato del concejal de Izquierda Unida de Llanes, Javier Ardines. Las detenciones simultáneas tenían lugar en el País Vasco, mientras que en Suiza procedían al arresto del cuarto implicado. Las detenciones llegaron una vez que la Guardia Civil tenía la certeza y las pruebas para llevar ante el juez a los implicados: el presunto inductor, Pedro Nieva, marido de una prima de la esposa de Javier Ardines; los dos sicarios a los que contrató, ambos de nacionalidad argelina y una tercera persona que sería quien habría puesto en contacto a Nieva con los presuntos autores del asesinato.

javier-ardines-uco-nieva

La Guardia Civil da por cerrada la investigación del asesinato en el que implica a los cuatro detenidos. Javier Nieva, a la derecha, sería el inductor.

 

El móvil del asesinato fueron los celos

 

Los celos fueron el móvil que desencadenó el crimen. Nieva habría descubierto que su esposa le era infiel con Javier Ardines, lo que le llevó a elaborar un plan para acabar con la vida del que era su amigo y con el que compartía una buena relación desde hace años. No en vano, los dos matrimonios compartían planes juntos y, Nieva y su esposa Katia, tenían su vivienda vacacional en Belmonte de Pría (Llanes) a escasos 200 metros de donde residía Javier Ardines; en el trayecto entre ambas viviendas fue donde los asesinos terminaron con la vida del edil, pescador de profesión.

planpo-pria-vivienda-ardines

Las viviendas de Javier Ardines y de Pedro Nieva, en Pría, están separadas por a penas 200 metros.

El trato acordado con los dos argelinos suponía el pago de 25.000 euros si Javier Ardines moría y 11.000 euros si quedaba herido. Tras una primera emboscada que no surtió efecto, el asesinato se producía el 16 de agosto, cuando amanecía y Ardines salía de su casa rumbo al puerto de Llanes, para faenar en su barco, “Bramadoria”. Los dos sicarios, según apuntan los investigadores, sorprendieron por la espalda al concejal cuando se bajó de la furgoneta para apartar las vallas que cortaban el camino, le propinaron varios golpes –con un bate de beisbol y el mango de un pico– y le rociaron con un spray de pimienta. Tras el primer ataque Ardines consiguió emprender la huída, pero los detenidos le habrían dado alcance y le habrían asfixiado.

Una investigación pulcra y árdua

La Guardia Civil de la Comandancia de Gijón y la Unidad Central Operativa (UCO) cerraban la investigación tras los interrogatorios y los registros de la pasada semana. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado descartaron prácticamente desde el primer momento que hubiese motivos relacionados con la actividad política tras la muerte violenta de Ardines. El teléfono móvil del edil ofreció a los investigadores muchos datos de su vida personal, lo que les hizo apuntar hacia el ámbito del entorno de Ardines. Los restos de ADN que se hallaron en las vayas que cerraban el paso al concejal la noche que lo mataron; las grabaciones de las cámaras en al Autovía del Cantábrico…, horas y horas de investigación terminaban con el enigma de una muerte que causó estupor y sorpresa en el Oriente de Asturias y en toda la región, por tratarse de algo extraordinario en un entorno tan tranquilo como este.

ardines-pedro-nieva

Pedro Nieva, en el centro, su esposa, Katia,  a la izquierda y Javier Ardines a la derecha de la imagen. Una foto que está en las redes sociales de una noche de verbena entre amigos.

Los investigadores creen que Nieva habría confirmado sus sospechas sobre la infidelidad unos meses antes del asesinato, aunque la presunta relación entre Ardines y Katia, la mujer de Nieva –prima de la esposa del fallecido– habría comenzado hace décadas. Los teléfonos móviles han jugado un papel muy importante en la investigación, por un lado el de Ardines, que ha permitido a la Guardia Civil, conocer detalles de la vida privada de éste y también los móviles de los sicarios, uno de ellos, al parecer, ubicado en Llanes por las antenas el día que se produjo el asesinato.