LLANES

¿Qué hay detrás de la crisis desatada en el seno de la Policía Local de Llanes?

 

 

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El gobierno llanisco decidía la pasada semana suspender de empleo y sueldo al inspector jefe de la Policía Local, Miguel Gómez López, y al agente Miguel Ángel Díaz Pacheco, representante del sindicato Sipla, tras el altercado que ambos protagonizaron el pasado 29 de septiembre, que se saldó con una denuncia del primero al segundo en el juzgado por presuntas amenazas de muerte y desobediencia. Las discusión se repetía de nuevo al día siguiente, con la presencia también del agente Eduardo Galán, representante del sindicato Usipa. Ambos sindicatos acusaban días después a Gómez López en una rueda de prensa de «acoso laboral» y de vivir una situación «insostenible y peligrosa».

Escalada en el conflicto

El conflicto en la Policía Local no es nuevo y viene de muy atrás. Pero los que lo viven de cerca se temían que la cosa tomase los tintes que ha tomado después de acontecimientos como el del pasado verano:

¿Por qué un agente de la Policía Local de Llanes a quien la Intervención de la Guardia Civil le revoca la guía de pertenencia de su arma particular en el mes de julio, tras un altercado con una patrulla de la Benemérita en pleno casco urbano de Llanes, siguió patrullando con su arma reglamentaria hasta hace tan sólo unos días?. Cosa que conocía el alcalde, que es quien tiene la potestad para retirar el arma a los agentes de la Policía.

Esta pregunta se la hacen miembros de la Policía Local de Llanes, que asisten atónitos a la «escalada de acoso y derribo» por parte de un grupo de sus compañeros, contra el inspector jefe de la Policía Local, Miguel Gómez López. 

El jefe de la Policía está viviendo lo que calificaba hace unos días como «acoso premeditado, alevoso y de manera orquestada hacia mi persona». Pero esto no es nada nuevo, aseguran fuentes de la Policía Local, que obviamente y, ante semejante panorama, no quieren ser identificados. «Lo que está viviendo el actual inspector jefe lo vivieron sus predecesores, aunque nunca se había llegado tan lejos».

Los conflictos en la Policía Local llanisca no son nuevos. En el seno del cuerpo ya se vivieron situaciones tensas y surrealistas con los dos inspectores jefes que le precedieron, antes de la llegada de Miguel Gómez en el año 2002. 

«Aquí, por un lado están los agentes con plaza fija y por otro los interinos, que los hay incluso con más antigüedad que los fijos. Los sindicatos sólo se ocupan de los agentes que tiene plaza en propiedad. Hay un grupo que siempre manejó desde dentro a su antojo el cuerpo de Policía y se niegan a perder ese poder», se sinceran esas mismas fuentes que, ponen ejemplos de como se desestabiliza, de manera deliberada, a un cuerpo de Policía como el de Llanes. «El 1 de octubre, cuando se celebró la concentración de Vespas, debería haber habido cuatro agentes de servicio. Pero uno pidió el día por asuntos propios, el otro pidió el día por motivos sindicales y un tercero llamó para decir que estaba indispuesto. Finalmente el que quedaba se negó a salir a patrullar solo. ¿Es mucha casualidad?», se preguntan.

Los representantes de Usipa y Sipla denunciaban hace unos días la pretensión del jefe de Policía de hacerles patrullar de uno en uno, algo con lo que quieren evidenciar «el mal funcionamiento del cuerpo». El caso es que en el vecino concejo de Ribadedeva hay un solo Policía Local, que patrulla y regula el tráfico, como es obvio en solitario. Y en otros muchos municipios de la Comarca, a los agentes también se les ve de uno en uno por las calles. Esta pretensión de hacer las patrullas por parejas originó también que a la salida del colegio, en Posada de Llanes, no hubiese ningún agente regulando el tráfico, «por negarse a hacer el servicio el único que estaba disponible».

Horas extras

Las horas extras, suprimidas hace unos años «y por las que se llegaban a cobrar en su día más que la nómina, son otro de los acicates de esta guerra, porque lo tenían muy bien organizado», aseguran las mismas fuentes del seno de Policía Local.

Desde el gobierno llanisco aseguran que no dudarán en tomar las medidas que sean necesarias para garantizar un servicio eficiente y eficaz y «poner fin a una situación que no se ha de permitir bajo ningún concepto», pero hay quien sospecha que la suspensión del inspector jefe sea «el primer peaje que esté pagando ya el cuatripartito», en este asunto de una Policía Local donde «sobran varias manzanas podridas, aunque sean muy representativas», aseguró un agente a EL FIELATO.