Once mujeres fueron las que se encargaron de tejer los tapices del suelo. Toda una noche por delante. «Comenzamos a las 11.30 de la noche y, a pesar de que teníamos mucho miedo al tiempo, por los avances, al final se pudo concluir sin problema sobre las 7 de la mañana», señala Nides Berdasco, una de las responsables.
Berdasco también destacó la colaboración de los vecinos, ya no solo por la donación de flores, sino también por acompañarlas en el montaje o aportando dinero porque este año se tuvieron que comprar más flores, especialmente hortensias, al no estar del todo florecidas en la zona.
La alfombra es fruto de dos meses de trabajo que fue recompensado por las felicitaciones de los vecinos y las muchas personas que se querían hacer fotos con ella.
La esperada salida del templo, tras la misa que ofició el que fue párroco de Lugones, ahora jubilado, José María Fernández de la Riva, arropado por el párroco local Joaquín Serrano, fue uno de los momentos claves. La santa custodia fue la primera en pisar este arte colorista y efímero. Desde hace dos años la custodía sale en andas bajo un baldaquino.
Los niños de Primera Comunión abrieron la comitiva tirando pétalos de flores y marcando el camino que también hizo la Banda de Música de La Pola.
El actual párroco, Serrano, ha conseguido poner en el calendario religioso de la comarca del Nora la celebración del Corpus como una de las más floridas.