FRAN ROZADA

Fiesta de los Mártires en San Martín de Bada

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Los más antiguos testimonios de ocupación humana en el Concejo de Parres datan del Paleolítico Medio y se localizaron en la Riega de Rubiyones (Vega de los Caseros), así como en varias fincas de San Martín de Bada y sus inmediaciones. Ello da idea de la antiquísima vida de nuestros pueblos, perdida en la memoria de tantos milenios de años pasados.

La capilla de los mártires San Fabián y San Sebastián, sita en el pueblo de San Martín de Bada (Samartín de Bada), abrirá sus puertas de nuevo el próximo sábado para celebrar la fiesta de sus santos patronos y titulares. Hay restos de historia en el pequeño pueblo de un pasado importante; casonas solariegas y palacios tuvieron allí asiento, y allí se conservan los restos de una hermosa torre medieval, tal vez del siglo X, como se puede observar en un dibujo de don Enrique Cepa (con ascendencia familiar en San Martín) que muestra una ventana ajimezada con su doble arco de herradura. Confina esta torre con la que llaman “Huerta de los Mártires”, prolongándose en la “Ería de la Capellanía”.

Conserva la capilla algunos elementos que testimonian una tradición constructiva románica y, la que se conoció hasta la Guerra Civil, parece que habría sido levantada a finales del siglo XIII. En su origen esta capilla estuvo dedicada a San Cosme, San Fabián y San Sebastián (los tres fueron mártires). En absoluta ruina permaneció durante más de cincuenta años, desde 1937.

La pequeña iglesia consta de nave y de capilla mayor, separadas por arco de medio punto y capiteles en imposta en cuya decoración esquemática destacan una figura humana, otra de ave, rombos incisos, una cruz patada inscrita, escudo y puntas de diamante. Gracias, fundamentalmente, al 1% destinado a este tipo de obras cuando se realizó la concentración parcelaria y a las ayudas de los vecinos del pueblo, ayuntamiento, devotos y otros, logró abrirse de nuevo al culto hace ahora 21 años, concretamente el día 20 de enero de 1995. Las imágenes fueron adquiridas en Cataluña unos meses antes. Que de nuevo vuelva a celebrarse la misa y procesión de los Mártires (ambas perdidas en los últimos años) en el mediodía del próximo sábado, día 23, con motivo de la festividad de los mismos, siempre es un ejemplo y un estímulo para respetar los símbolos y querencias de nuestro pasado. Cuántas veces se habrán escuchado la gaita y el tambor en tiempos pasados con motivo de esta fiesta en pleno invierno mientras volteaba su vieja campana, supuestamente desaparecida en tiempos de la “francesada” (las tropas de Napoleón abandonaron definitivamente Asturias en junio de 1812). En aquellas romerías en San Martín de Bada aparecían a la venta las primeras naranjas y, como recordaba Alfonso Somoano cuando ayudaba -junto con otros siete vecinos- a desescombrar las ruinas de la capilla a la órdenes del arqueólogo Jorge Camino, los chavales hacían de las suyas en aquellas gélidas tardes de enero, como cuando -mientras unos distraían y entretenían a “la Monxa de Los Corros” en su tenderete de venta de naranjas- otros, con palos cuidadosamente afilados, pinchaban las naranjas y se las sustraían a la vendedora. Y es que en aquellos tiempos “una naranja, era una naranja…” añadía. Desear, por último, que la fiesta recupere su tradición y que ésta perdure en el futuro, gracias a vecinos que -como David G. Tarapiella y otros- ponen empeño en que estas ancestrales conmemoraciones sigan presentes entre nosotros, al menos una vez al año.

Por Fran Rozada, Cronista Oficial de Parres.

 

La Capilla en la actualidad.

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