Cuatro días de folixia muy variada y para todos los gustos.
Participaron en ella gran cantidad de riosellanos que se vieron motivados para salir de casa.
Degustación de sidra de mesa; sidra tradicional; cazuelitas en los bares participantes; bailes y música de todos los estilos, con recuperación de bailes de romería de principios del siglo XX.
Cuatro grandes de la cocina prepararon unos apetitosos platos en directo, con productos de aquí, enseñando a utilizar flores en nuestras comidas; las flores amarillas de las berzas, pueden convertirse en una exquisitez.
Tampoco faltaron los bolos y las trompetillas, originales y únicas de Ribadesella. Un fin de semana de fiesta y mucha animación, con poca gente de fuera por estar a finales de mes y en vísperas de un puente que promete ser de llenazo total.
TROMPETILLAS
Nadie conoce a ciencia cierta el origen de las trompetillas; los mayores de Ribadesella las recuerdan desde SIEMPRE.
Cualquier riosellano “CASTIZO” sabe lo que significa: saludo, mofa, aviso, reconocimiento, etc. Todo depende de la circunstancia y del momento. Quien la recibe, casi nunca la “acusa”, o sea, que no se da por aludido, pero sabe, de sobra, que va dirigida a él, que esperará la ocasión para devolver el “saludo”.
La gente joven de AQUÍ, van tomando el relevo y saben “tirarlas” con gracia. Una costumbre que seguirá a través de los tiempos. Al que no le guste lo que está leyendo, ya sabe…TROMPETILLA.
LA ZAMPLOÑA
En las aldeas, esto se hacía con las cañas del alcacer, (planta forrajera que crecía en primavera); se le hacía un corte, se juntaba entre los dedos pulgares y, al soplar, producía un sonido parecido al de la trompetilla. Recibía el nombre de “zamploña” y todos los niños la sabían tocar.
