BORJA

Los Golfos no me la dan con quesu

Prestome por la vida escuchar los aplausos que en tres ocasiones me dieron en mi corta arenga.

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La golfería política nacional hace lo que le viene en gana, lo que le sale de los cojones. Bien. Esa misma golfería, lleva años robándonos un espacio nuestro, que ellos y el señoritu Marqués de Pidal decidieron, si preguntar a nadie que era suyo. Primero lo llamaron Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, ahora de Los Picos de Europa. Pero allí vivían, en unas condiciones duras y casi infrahumanas, unas gentes, ­los Pastores­, que eran pintorescos para los marqueses y políticos de entonces. Pasado el tiempo sobraban y, la golfería mandante en Madrid, consentida por sus “delegados” en el Gobierno en Asturias, decidieron echarlos. Van ganando, no dejan limpiar los matorrales; no dejan quemar; dejan totalmente libres a unos perros que los llaman lobos; dejan e introducen como los animalinos anteriores a los buitres. Eso es más o menos lo que dije en los dos minutos que el alcalde de Onís, Abeledo, me concedió (“Borja tienes dos minutos para hablar”) para arengar el día que concedieron a EL FIELATO el Premio Gamonéu de Oro, por defender a los Pastores y “pastorear” a la golfería política central y autonómica. Prestome por la vida escuchar los aplausos que en tres ocasiones me dieron en mi corta arenga. Pido disculpas por no parar de hablar. No tenía tiempo.
           

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