Escribo hoy para los de La Comarca de Los Picos. Por lo tanto poco les importará, aunque les debería, a los de la Comarca de La Sidra.
Es más que evidente que estos mandantes del PSOE nos quieren cerrar el Hospital de Arriondas y convertirlo en una especie de ambulatorio grande, desde donde nos van derivando a Cabueñes.
Pero los que están al frente del Gobierno del Principado son de Mieres y en unos diez kilómetros tienen dos hospitales: uno en Mieres (de reciente construcción) y otro en Riaño (Langreo).
A nosotros, dirán los del PSOE mandante: que nos den menos asistencia en nuestro Hospital del Oriente y todos para Cabueñes. ¿Cómo?: muy fácil. No ponen anestesista, por ejemplo, y listo. Si no hay anestesista no se opera. Y los médicos que tienen que operar, pues a tomar café y a esperar que manden al anestesista.
Javier Fernández, presidente de Asturias, y Jesús Gutiérrez, diputado de máxima confianza, a la vez son el secretario general de la FSA y el secretario de organización. Y son de Mieres. ¿Van entendiendo? Pero los del PSOE de Oviedo, a los que llevan denunciando este asunto hospitalario durante cerca de un año, ni caso. Y son los de estas fuerzas políticas, quienes en mayor o menor medida denuncian tal barbaridad: PP, FORO, PODEMOS, IU (más tímidamente, porque apoyan al gobierno del PSOE) y CIUDADANOS.
Y dice le Ley de Sanidad en el capítulo primero, que “la asistencia sanitaria y publica se extenderá a toda la población española. El acceso y las prestaciones sanitarias se realizarán en condiciones de igualdad efectiva”. Ya, como aquí.
Y qué casualidad: ¿de dónde es el Presidente del Principado e ingeniero de Minas y su segundo mandatario, el diputado Jesús Gutiérrez? Repito, de Mieres, donde van y hacen un hospitalazo de aquí te espero, que para eso son de allí. Y a unos diez kilómetros está otro hospitalazo, en la otra cuenca.
Mira tu que bien. ¿Van entendiendo? Usted, ciudadano de la Comarca de Los Picos (Oriental), para Cabueñes, que aquí somos ciudadanos de segunda categoría. Pero a la hora de pagar impuestos, igual que los de Mieres o Langreo.
Pues allí, en Mieres (valle del Caudal) o Riaño (valle del Nalón) tu médico de cabecera te manda al neurólogo; aparato digestivo; médico endocrino; nutricionista; reumatólogo. Como aquí, que a la mínima te empaquetan para Gijón. Y todavía más curioso. En nuestro Hospital del Oriente, no nos dan los mismos fármacos que están en los hospitales como los de Mieres y Valle del Nalón. Pero si tienes que hacer gimnasia de rehabilitación, dado que nuestro Hospital no tiene, pues nos mandan a tal acción a los centros de Primaria. Como el de Arriondas, más incómodos e incompletos, pero cuesta menos dinero que en Mieres o el Valle del Nalón.
Pero ¿dónde está el inminente cierre sibilino de nuestro Hospital, a favor del de Cabueñes? Pues porque aquí, a un pobre paciente de Ribadesella, Ponga, Amieva, Onís o Cabrales (por no citarlos todos) lo “empaquetan” para Gijón y, los familiares, a 75 euros de taxi la tirada. O autobús a Oviedo, transbordo para Gijón y otra vez transbordo para Cabueñes. Vamos, una mañana de viaje familiar y con un poco de suerte. De manera sibilina, poco a poco van haciendo la sigilosa transformación de nuestro Hospital, que con tantos sacrificios se hizo y que ahora quieren cerrar, en un gran centro de atención al paciente. Y, mientras, los vecinos callan. Los de Colunga están más cerca de Cabueñes por autovía; los de Piloña, pues al taxi y viva la Pepa, que el PSOE pone un hospital en cada cuenca, que para eso es de allí el presidente, notejode.
Pues no, querido Parroquiano. Que no lo engañen y vayan poniéndose en lo peor. El taxi, la pensión y los transbordos para los familiares. Y es lo que nos está tocando en mayor o menor medida. Si no paramos a los del PSOE, cuyos máximos mandatarios son de Mieres, nos birlarán nuestro Hospital Grande Covián. Serán caraduras, mezquinos y arbitrarios. Algo les tendremos que decir. ¿No les parece?
Nota: nunca podré expresar lo que sentí al ver la cantidad de gente que me felicitó y acompañó en la fiestina de los XXV años de EL FIELATO. Nunca creí que nos querían tanto. Por eso es mi deber y responsabilidad, denunciar cosas como estas. Primero ayudamos a hacerlo, porque nuestro Hospital era una materia vital. Y ahora nos lo quieren cerrar de sibilina manera.
Y tengo que pedir una pública disculpa a mi amigo José Antonio Campo Viejo, excelente profesional de la cocina, por no haber tenido el protagonismo que le corresponde en nuestra fiestina y periódico especial.