VICENTE G. BERNALDO DE QUIRÓS

?No me sirves?, no te pago

Está visto que eso de cumplir la ley solo va con los catalanes, los desahuciados y los que no tienen donde caerse muertos.

vicente-bernaldo-quiros.jpg

Las gasolineras autoservicio

 

Está visto que eso de cumplir la ley solo va con los catalanes, los desahuciados y los que no tienen donde caerse muertos. Hay una normativa en Asturias desde mayo del pasado año, que también se tramita a través de la ley, por la que las gasolineras establecidas en el Principado de Asturias tienen la obligación de tener una persona para prestar servicio de repostaje, al menos en horario diurno, y todavía existen estaciones en las que el empleado brilla por su ausencia (salvo a la hora de cobrar) y cada uno tiene que echarse la gasolina que quiera, mientras las empresas se pasan el decreto por el forro de la manguera.

No es la primera vez que escribo sobre esta irresponsabilidad de dejar al cliente que se autoabastezca de gasolina, ya que es un material peligroso y no todo el mundo tiene la capacidad para hacerlo bien. No es la primera vez que escribo y me da la sensación de que voy a tener que seguir siendo martillo pilón de estos supuestos empresarios a los que solo les interesa el negocio y le tira de sus partes nobles que la gasolinera estalle si algún despistado reposta con un cigarro en la boca.

La peligrosidad de las gasolineras es un asunto indudable y por ello el uso de su servicio debe ser prudente y a manos de personal especializado. Si para vender pinchos o carne en un establecimiento es preciso el carné de manipulador de alimentos, con más motivos es absolutamente necesario un documento que verifique que el empleado está en condiciones de poder echar gasolina sin que se incendie el local.

No todo el mundo tiene las mismas capacidades motoras y quien a lo mejor utiliza la manguera con enorme arte y posibilidades de obtener un máster, otros no tienen la misma suerte y su torpeza manual les impide repostar con la suficiente profesionalidad para que salga bien. Y ese es el meollo de la cuestión. Estamos hablando de un producto sumamente inflamable y que puede originar una tragedia a la mínima que exista un error o una irresponsabilidad. Por eso no entiendo cómo todavía la Guardia Civil no visita las estaciones de servicio de Asturias exigiendo el cumplimiento de la legalidad con la misma presteza que si estuvieran en Cataluña precintando urnas.

La demora en hacer que se cumpla la normativa irrita a muchos ciudadanos que no se quieren prestar a ser autónomos de las gasolineras y encima pagar como si les sirviera un empleado. Un conocido mío me lo explicaba así. “Soy ingeniero industrial y mi trabajo me costó acabar la carrera y encontrar empleo para tener que ponerme un mono de trabajo y prestar un servicio que no me corresponde, además de caminar unos cuantos metros para pagar una cantidad que era la que yo debería haber cobrado, como mínimo, por un trabajo cualificado. Me niego”.

Por eso están empezando a surgir iniciativas consistentes en irse de la gasolinera haciendo un simpa. Es decir, sin pagar. Bajo el lema :”¿No me sirves?, no te pago”, se trataría de largarse con viento fresco después de dejar el surtidor en su sitio y alegar ante la Guardia Civil cuando te detenga (ahí sí que haría su trabajo la Benemérita) que uno tiene una carrera y un curriculum como para cobrar el autoservicio como si te lo hubieran prestado. Cuando comiencen a proliferar los ‘simpa’, ya veréis como los gasolineros reaccionan con rapidez. Pues, a por ello. Más crudo lo tenían los insumisos.

Más en Opinion