BORJA

Sáenz de Miera: Al aldeano y al gorrión: perdigón""

La gente dice siempre eso tan manido de que dejemos a los muertos descansar. Pero como este sujeto de Sáenz de Miera no deja descansar a los aldeanos titulares de las ganaderías de Central Lechera, vuelvo a escribir de él. Fue uno de los mayores cánceres y ladrones de la historia reciente de Asturias. Se hizo multimillonario para que su Cari esté forrada y punto.
En las ganaderías actuales mandan los tontos de cada casa. Me explico: en una casa nacían tres hijos. Uno daba la talla y lo “estudiaban”. Ingeniero agrónomo, veterinario y un largo etc. Los padres trabajaban 365 días del año y disfrutaban viendo a un hijo de señor. Si veían que otro hijo apuntaba maneras, y ya no les daba para una larga carrera, ese, pa perito o aparejador. Y el último, el burrín, el juergas y más pollino de la casa, para la explotación.
En Francia (gran competidor de CLAS) tienes que estudiar una carrera de grado medio, hacer prácticas y no precisamente en la de casa. Las ganaderías no pasan de padres a hijos. La ley no lo permite.
Hecha la entradilla, los ganaderos, con raras excepciones, son los torpes de la familia. Por ello no me extrañaría nada que les birlaran la empresa, no por nada: por zoquetes.
El muñidor de tal desmán tiene nombre y apellidos y ,sin poner un duro, como Miera, hace lo que le viene en gana con estos mendrugos. Juan Calderón Lavado es el “dueño” de CLAS sin poner un euro y cobrando –que no ganando– unos 600.000 euros anuales. Colaborará eficazmente a birlar CLAS a estos zoquetes. Me alegro.
Yo, personalmente, y tras doce años de trabajo periodístico, abandono el asunto lechero, donde perdí decenas de millones de pesetas para ayudar a pobre gente. Imposible. La ignorancia es muy desconfiada y atrevida. Pues que les roben la fábrica. En ello andan.
A diferencia de ellos yo no soy ignorante, ni desconfiado y mido las acciones a efectuar. Cansé de este tipo de personas que se creen en el derecho –como buenos ignorantes que son– de insultarme por detrás. Se acabó, antes de perder a un gran amigo, perteneciente a una estupenda familia, formado y listo como el hambre, me retiro. Pena que no le hubiera dado por estudiar una carrera. Sin duda hoy sería un gran Presidente de Central Lechera, pero a él también lo ponen a caldo por detrás. Por ese motivo y, antes de que perdamos la amistad y porque no me da la gana que hablen mal por detrás de  mi persona, con gran dolor y pérdida económica no quiero saber más de este asunto. Que les vaya bonito. Yo no cambio la chaqueta por mil euros como la mayoría de ganaderos; no traiciono a la gente para colocar a mi hijo en empresas eléctricas donde su máximo responsable se sienta o puede sentarse en el Consejo de CAPSA y de paso, humildemente le pido disculpas a Bertino Velasco y le apoyo en lo que hace desde este mismo instante. ¿Trabajar para desagradecidos? Pues a sacar tajada, nun ye verdad, Bertino Velasco. Qué demontres, haces bien. El que no lo hice bien fui yo.  Ahora y, por primera vez entiendo a Bertino. Mala pata.


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