BORJA

Turismo masivo o de calidad. ?Qué pasa en nuestras Comarcas?

Visto el escenario de nuestras comarcas creo que tenemos todos los ingredientes para ofrecer un turismo de calidad ­que es el que deja pasta­

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Masificación del Turismo

 

Estos días esta siendo noticia lo de la masificación turística en Barcelona, Baleares y otros lugares. Pero analicemos nuestro turismo comarcal, para no llegar a esos errores.

Afortunadamente, aquí lo de la masificación, salvo en algunas pequeñas localizaciones, no abunda. Y ni en esas localidades, porque las infraestructuras hoteleras de la zona no se inclinaron nunca por macro hoteles en alturas de 200 habitaciones o más.
Hace una treintena de años cuando uno comenzó a ejercer sus tareas periodísticas, había muy poco hotel, las casas rurales estaban en su comienzo y también se contaba con pocos establecimientos de restaurantes (nunca restauradores, porque a un restaurante se va a comer, no a que a uno le den masajes o le hagan la cirugía estética).

En los comienzos de los 90, en Llanes, se desarrolló el primer Plan Leader de la Comarca, de la mano de Jaime Izquierdo Vallina y que obtuvo en Viena el premio Henry Ford. Izquierdo es un teórico y aplicado asesor en temas medio ambientales, principalmente en las filas del PSOE. Izquierdo, de la mano de Trevín, puso los mimbres de lo que hoy es lo que vemos en el turismo comarcal del Oriente, que luego años más tarde siguieron en la Comarca de la Sidra a la vista de las buenas expectativas de riqueza que el turismo generaba. En esos años y, aprovechando esta nueva etapa turística, nació este su periódico, muy apoyado en sus comienzos tanto por los Ayuntamientos como  por el Gobierno del Principado, y vapuleado años después por el actual Gobierno.

Trevín, hace unos días ­con una coherencia a prueba de balas­ y con un gesto poco habitual en la política, abandonó la política nacional y, si fuera inteligente, que lo es ( fue premio fin de carrera ), hará lo mismo en otras gestiones políticas. Si no tiene derecho a la jubilación poco le falta. Gran error el que ahora hace yendo a una empresa privada singular, de jefón.

Visto el escenario de nuestras comarcas creo que tenemos todos los ingredientes para ofrecer un turismo de calidad ­que es el que deja pasta­, y no de cantidad, que deja mucha basura. Pero para hacer un destino turístico de calidad hay que encontrar a un DICTADOR que desarrolle sin contemplaciones un plan. Supongo que tal asunto costaría un dineral, pero sin duda, muchísimo menos que las comisiones que hoteles y Casas Rurales están encantados de dar a agencias multinacionales tipo Booking, Trivago o nacionales tipo El Corte Inglés.

No se dan cuenta los propietarios que ahora estamos o, deberíamos de estar, en la segunda fase de los proyectos Leader y Proder. La mayoría de nuestros establecimientos hoteleros no están empufados ni necesitarían empufarse para hacer un cluster comarcal (mejor local, que a río revuelto, ganancia de pescadores). Pienso que si se destinara en vez del 15-20% que los hoteleros pagan a los intermediarios y tuvieran la firmeza que tuvieron hace 25 años, se podría dar el vuelco necesario en la zona. Para ello hace falta determinación, unión y pasta.

Ese DICTADOR por mi enunciado, tendría que llevar férreamente esos asuntos, para los cuales, entre otras cosas, tendría que obligar a todos los hoteles de Cangas de Onís (por citar ejemplo cercano), a no comercializar ni una habitación con ninguna agencia, salvo con la creada por los hoteleros locales. La pasta no creo que sea el problema, porque con destinar en vez de un 20% a las agencias y quedarse con la mitad, sobraría para poner en marcha y sostener el ambicioso proyecto. Determinación, lo dudo, y  unión: imposible. En menos de una década y de no actuar así, los precios de nuestros hoteles los determinará Booking o el Corte Inglés por no espabilar cuando se debería. Tiempo al tiempo.

Nota:
En esta poco probable acción, los políticos deben estar lo más lejos posible, porque son por regla general unos ineptos y ladrones, aunque generalizar no es bueno. Un alcalde o un concejal de ayuntamiento pequeño, no es político.
Entre otras razones, porque si roba las lleva y el pueblo se une sin mirar a qué partidos representan. En todo caso, nuestros alcaldes tienen que luchar día a día contra los políticos regionales y nacionales para obtener lo mejor para sus administrados.

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