Ayer martes el piragüista parragués Javier Hernanz recibía en Madrid, emocionado y feliz, la medalla de bronce correspondiente a la prueba de K1 5000 metros del campeonato del Mundo de Sprint 2018, una competición que tuvo lugar a finales del pasado mes de agosto en Portugal y en la que Hernanz había sido cuarto en la clasificación general, por detrás del holandés Eivind Vold, a pesar de que era claro que éste se había saltado la última boya de la competición y no le correspondía ese lugar en la clasificación. El propio holandés reconoció su error y envió una carta de renuncia a la Federación Internacional de Piragüismo, que finalmente resolvió descalificarlo y otorgarle a Javi su merecido bronce. «Reconozco a Javier Hernanz como legítimo ganador del tercer puesto, ya que nadie se dio cuenta del error que cometí cuando no pasé por la sexta boya en el último giro correctamente», admitió el palista noruego.
Un premio que el asturiano recogía encantado en la sede del Comité Olímpico Español, agradeciendo el gesto de su compañero holandés de renunciar a la presea y resaltando el juego limpio, el compañerismo y el amor por el deporte que se desprenden de la renuncia de Vold, algo que Javier Hernanz quiso agradecer en el acto de entrega de su medalla: «Con este gesto el deporte me devuelve mi implicación y mi pasión por el piragüismo», dijo, añadiendo que la renuncia del holandés debe ser reconocida públicamente y tener repercusión, ya que es un ejemplo de honestidad para el resto de deportistas.
La medalla de bronce del mundial suma un mérito más al palmarés del deportista de Arriondas, cargado de éxitos y con una trayectoria impecable en el mundo del piragüismo, y añade un premio más al pódium español en el Mundial, donde se consiguió un oro, tres platas y dos bronces, uno de ellos el de Javi.
