PARRES

Desaparece la penúltima cooperativa de Arriondas

Limpiastur, que nació en 1990 en Arriondas y empleaba a 13 trabajadoras, cerró el pasado lunes.


Limpiastur nación en 1991 y cerraba el lunes.
Desde 1991 se hacía cargo del Servicio de Ayuda a Domicilio de Parres

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Desde que hace una semana se confirmaba la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos se ha escuchado hablar de la globalización una y mil veces, algo que a muchos les suena a “chino”, idioma del país que ha tenido mucho que ver en esto de la globalización.

La Cooperativa Limpiastur, de Arriondas, que nacía en 1990, acaba de echar el cierre. En la actualidad contaba con tres socios y daba empleo a once trabajadoras. A Limpiastur le ha ocurrido como al pequeño comercio frente a las grandes superficies, que no ha podido aguantar el envite de una empresa “grandona”, que se ha llevado por delante veinticinco años de historia y un montón de ilusiones.

La globalización ha barrido de un plumazo a una Cooperativa humilde, pero con un cuarto de siglo de historia y, en este caso, con una gran labor social detrás.

Limpiastur era quien gestionaba desde el año 1991 el Servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Parres, que en la actualidad cuenta con 58 usuarios, repartidos por otros tantos domicilios a lo largo y ancho del concejo parragués. Esta gestión salió a concurso y, como suele ocurrir en estos casos, y más desde que la crisis y los recortes azotaron con fuerza también a este sector, se llevó el gato al agua una empresa llegada desde fuera, de esas que incluso está dispuesta a perder dinero aquí, –o no ganarlo– para después conseguir otro contrato allí.

Desde ayer martes el servicio de Ayuda a Domicilio de Parres (que salió a concurso por más de 400.000 euros) lo gestiona la empresa leonesa Carflor que, si cumple con lo que establece el contrato, incorporará a todas las auxiliares de Ayuda a Domicilio o Ayuda a la Dependencia, que trabajaban hasta ahora.

La frialdad de los números pesó más a la hora de adjudicar un servicio en el que tiene mucho que ver el calor humano, la atención que se presta a los mayores que quieren seguir viviendo en su casa, y para lo que reciben la ayuda de unas manos expertas.

Ahora, lo deseable, que el servicio sea el mismo que hasta ahora.