BODE

El río Sella se come la Vega de Bode

Los propietarios llevan años pidiendo soluciones a la Confederación, que hace oídos sordos

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Los propietarios de las fincas de la Vega de Bode, entre las localidades de Arriondas y Fuentes, en el concejo de Parres, llevan años solicitando a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico que se acometa una solución para evitar que el cauce del río Sella siga haciéndose más y más ancho, a costa de los metros de finca que les come, sin que nadie haga nada para remediarlo.

La zona donde más sangrante se aprecia la dejadez de la Confederación es donde estaba la antigua pasarela que unía esta Vega con la de Triongu (Cangas de Onís). Allí se puede ver como el cauce del Sella ha ensanchado en torno a 20 metros, el talud de la finca sigue argayando y mermando los metros de la propiedad.

«Con que dragasen el cauce y arrimaran la grava a los márgenes se solucionaba el problema. No estamos hablando de gastar una millonada. Lo único que tienen que hacer es limpiar el cauce de todo lo que ha ido acumulando», asegura Joaquín Amalio Pombal, propietario de fincas en esta vega parraguesa. «Yo ya he estado en la Confederación, explicándoles lo que ocurre, allí lo saben de sobra, pero nadie hace nada. Ahora eso sí, cuando el problema afecta a alguna de las columnas del tendido eléctrico que están cerca de la orilla, enseguida la protegen con una escollera o la mueven unos metros, aquí se puede ver perfectamente», lamenta el parragués, que apunta a la necesidad de que se hubiesen tomado medidas «después de la construcción de la depuradora de Ricao, porque entonces ya tenían que haber previsto que el cauce iba a modificarse».

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A la derecha se puede ver como el río orada la finca cada vez que hay una crecida.