CANGAS DE ONÍS

Pregón íntegro, de Alfredo García

Pregón de las Fiestas de San Antoniu de Cangas de Onís, que arrncaron el pasado sábado en el Teatro Colón


El exalcalde Alfredo García pregonó las fiestas de San Antoniu 2016

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”Si Cangas de Onís es una fiesta continuada para todos nuestros sentidos, hay momentos en el año en que la explosión de júbilo se acentúa, la alegría se desborda, la tradición forma cuerpo y, el recuerdo, la cordialidad, la hermandad, se intensifican bajo los sones melgueros de las gaitas y tambores, de los rudos voladores, del repicar de campanas, de los cantos de las mozas que acompañan a los ramos con los murmullos y rezos. Es San Antonio de Cangas. Es tu fiesta, es mi fiesta y quiero que no falte pregonero, aunque creo que a esta fiesta no le hace falta un oficial pregonero, pues todos lo somos, en el amor al Santo y en el amor a estas fiestas”

He elegido este texto, extraído del libro “Cangas de Onís, Covadonga y Picos de Europa”, publicado en 1963 y en el que su autor, Celso Diego Somoano, resume la importancia que para los cangueses ha tenido y tienen nuestras fiestas patronales.

 

Sr. Alcalde y Corporación municipal, Sr. Párroco, Presidente y Directiva de la Sociedad de Festejos, amigas y amigos. Quiero en primer lugar agradecer a la Comisión de Fiestas que me hayan otorgado el honor de ser el pregonero este año de nuestras fiestas patronales, una responsabilidad a la que espero responder con dignidad y con el cariño que siempre he profesado a Cangas de Onís y a sus manifestaciones culturales y festivas.

Casi todos los pregones suelen contener una significativa dimensión humana y muestran como común denominador los recuerdos que cada pregonero atesora en su memoria, con la recreación de historias y vivencias tenidas a lo largo de los años. Pero no se puede olvidar la misión que se le ha encomendado al pregonero que no es otra que la de difundir, informar, vocear, pregonar, los actos organizados para la celebración de estas fiestas y que supone en sí mismo el comienzo oficial.

Y como el verdadero protagonista es el Santo, comienzo haciendo algunas referencias a su presencia en numerosas manifestaciones del folklore o cultura popular: canciones, creencias, oraciones, tradiciones y costumbres. La piedad popular conoce menos a San Antonio por sus virtudes de humildad y caridad que porque ayuda a encontrar las cosas perdidas o porque concede lo que se le pide a cambio de una limosna o porque ayuda a encontrar un buen novio. En la danza que bajaba hasta la Pontiga se cantaban entre otras coplas:

                   A San Antonio de Padua

                   le pedimos muy de veras

                   que nos dé muy buenos mozos

                   a las que estamos solteras.

 

Incluso en Asturias, cuando los pastores perdían alguna vaca, decían esta oración:

                 S.Antonio de Padua

                 que en Padua naciste

                 en Portugal desprendiste

                 letras para predicar

                 y estando predicando

                 el rebaño perdiste

                 el hijo de Dios te lo halló

                 y tres dones te dio

                 lo perdido hallado

                 que ampares todo el ganado

                 lo que está mal amparado

                 sin pastor,sin dolor

                 hasta que salga el sol.

Recogido en Llerices en 1921 por Aurelio de Llano

 

Algunos hechos milagrosos, ciertos o no, se mantienen vivos en la mente del pueblo debido a que la tradición oral los ha conservado en forma de canciones y romances.

El hecho es que nuestro San Antonio, imagen posiblemente del siglo XVII, reside en la capilla que lleva su nombre, situada en el Robledal, edificación que datas de finales del siglo XIX y que sustituyó totalmente a la antigua Capilla, ya seguramente del siglo XVI.

Será en 1932 cuando el Ayuntamiento de Cangas de Onís decide establecer como fiesta local el 13 de junio y nombrar como patrón a San Antonio.

Mi relación con San Antonio y sus fiestas coincide prácticamente con mi llegada a Cangas a principios de los años setenta, sin imaginarme que iba a ser mi residencia definitiva, y además como Marián nació el “día de la joguera”, este día ya quedará marcado en el calendario para el futuro.

Casi medio siglo ha pasado desde entonces, años en los que en Cangas ha habido transformaciones importantes. Mi primer contacto sería con el Instituto Rey Pelayo, mi lugar de trabajo, y me sorprendió la complejidad del Centro, dotado de muchos servicios no frecuentes en otros Institutos similares de Asturias.

Un alumnado que no sólo provenía del propio Concejo u otros limítrofes, sino también de otros lugares de Asturias y Cantabria, lo que se explica por ser un Instituto Laboral que además disponía de Internado. Los alumnos estaban organizados por sexo, grupos masculinos y femeninos, como era habitual entonces. Un Claustro de Profesores que entonces imponía una gran solemnidad, por lo que tardé varios días en quitarme la corbata, con el enfado de la Srta. Virginia, que nos recordaba constantemente la necesidad de ir vestidos con la seriedad que nuestra profesión requería.

Por razones generacionales participábamos de muchas actividades con los alumnos: aquellos festivales inolvidables de Santo Tomás, que dirigía Jorge Carrillo, el cine-club que primero funcionó en el propio Centro con una máquinas de 16 mm. que parecían de otro siglo, pues teníamos que estar vigilantes para que no quedasen sin aceite y que agotaron la paciencia de Pedro Rubio y de los alumnos que colaboraban en esta actividad, por lo que se trasladó a este cine Colón, con la buena voluntad de Víctor que hizo posible su continuación. No faltaron tampoco los partidos de fútbol entre profesores y alumnos ni los viajes destinados a conocer el patrimonio natural y cultural del entorno.

Años complejos , por otra parte, pues se mascaba el final de un régimen autoritario y se vivía con la ilusión de alcanzar un sistema democrático, una juventud que conoció dramas como el mundo de la droga (quiero hoy tener un recuerdo cariñoso de aquellos alumnos que sufrieron sus consecuencias), años todavía de emigración a Europa en busca de un mejor futuro, que hoy contrasta con la tragedia del fenómeno inmigratorio actual que inunda el continente, con la pasividad de los gobernantes que no tienen ningún empacho en pregonar la defensa de la igualdad social, mientras miles de personas se mueren huyendo de la guerra y la miseria. Etapa sin duda llena de dificultades, pero con unas ganas enormes de superarla.

Recuerdo con nostalgia todos esos años en los que sin embargo existía un ambiente acogedor y no era difícil implicarse en la vida canguesa. Todavía no había llegado la explosión turística, pero el excelente espacio natural que representaban Los Lagos y el patrimonio religioso y cultural de Covadonga anunciaban un futuro prometedor.

El Hotel Ventura y el Eladia o el Piloña acogían gran parte de los visitantes que acudían al Sella en temporada de pesca o en verano, mientras otros buscaban la tranquilidad en el Hotel Pelayo de Covadonga.

Las tertulias se desarrollaban como en todos los rincones asturianos, en las cafeterías y bares existentes, algunos ya desaparecidos como la Cafetería El Torreón, El Colón, el Merino, Casa Pipi, La Viuda, El Chófer, el Borinquen, que hacían el papel de verdaderas Casas de Cultura. Quien no recuerda además aquellas Nocheviejas en el Borinquen.

Existía además ya, el servicio de serenos, más propio de las grandes ciudades, que ejercía la policía municipal, los cuales solían pasar hacia las doce de la noche por las cafeterías que estaban abiertas para avisar del cierre y Pepete imponía, aunque existía cierta flexibilidad.

La falta de un pabellón deportivo exigía un verdadero esfuerzo a los amantes del deporte, pero además del Cánicas, surgirán otros clubes que organizarán distintas actividades, montañismo, piragüismo, tenis, ciclismo, bolos, que reflejaban el gran interés que existía en Cangas por practicar algún deporte.

Aunque el Concejo tenía como actividad fundamental la agricultura y la ganadería, la capital tenía ya vocación comercial y en esos años se establecerán las bases del gran desarrollo que esta actividad tendrá a partir de los años noventa, ligada al desarrollo hostelero. La visita del Papa en 1989 marcó el inicio del desarrollo turístico , ligado a otro acontecimiento como la llegada de la Vuelta Ciclista a España a Los Lagos. Las dificultades surgidas con el organismo gestor del Parque Nacional, entonces ICONA, no hará más que aumentar el interés por visitar este espacio.

Otro factor importante lo constituirá la gran riqueza patrimonial de este entorno. Piedras que relatan parte de nuestra historia, de los sucesos que forjaron el Reino de Asturias, cuya capitalidad ostentará Cangas de Onís durante más de medio siglo. El Dolmen de Santa Cruz, la cueva del Buxu, el Puente Romano, símbolo de la ciudad, la antigua iglesia parroquial, convertida en el Aula del Reino de Asturias, el Monasterio de Villanueva, hoy Parador Nacional, representan gran parte de ese legado histórico.

Durante varios años tendré el honor de presidir el Ayuntamiento, lo que me dará una visión distinta del Concejo, sobre todo de la zona rural, desconocida en gran parte para mí. Recuerdo que el primer día que entré en el despacho , vino una señora a preguntarme si iba a quitar un cuadro de San Antonio que estaba colgado en el pasillo. Le prometí que San Antonio seguiría allí y se marchó tranquila. Etapa que supuso un mayor esfuerzo personal y familiar, pero ilusionante y de la que quiero agradecer el apoyo recibido y disculparme por los errores que haya podido cometer. Lo que sí puedo afirmar es que siempre me guió el conseguir lo mejor para Cangas, en la que no he nacido pero que llevo siempre en el corazón. Me hubiese gustado conseguir el reconocimiento de Cangas de Onís como capital histórica de Asturias y que fuese la sede permanente de la fiesta de nuestra Comunidad, al menos de los actos institucionales, pero la falta de sensibilidad política no lo ha hecho posible.

Pero volvamos a San Antonio. A finales del siglo XIX el Cronista describía las actividades del día del Santo, recogidas en El Auseva:

“A las 11 dio principio una misa solemne coreada a tres voces y con acompañamiento de órgano, dirigida por el reputado maestro Cecilio Martínez. Ocupó la cátedra sagrada Fr. Rosendo Alvarez, quien con fácil y elegante palabra, nos habló de los milagros de San

Antonio…Terminada la Misa salió la procesión hasta la Capilla del Santo, quemándose un Xigante, como de costumbre, pero con una particularidad.: el saludo que el señorito había de hacer al público, tuvo lugar después de estallar la cabeza. Por la tarde empezó la fiesta. Al lado de la gaita la tienda del pañero; junto a la música gallega, los jamones de San Antonio ( los de limosna, quiero decir) ; tras el puesto de rosquillas, los quesos y cuajadas del Santo; pegado a la barraca donde rueda el vino, hay un puesto de lechugas,

Y así sucesivamente. No obstante, hubo bailes, muchachas lindísimas y amarteladas , que en democrática fraternidad saltaban con la mazurca, giraban en el vals o se tambaleaban al compás de la danza..Junto a la chaqueta anda la levita o el ajustado chaqué y en el remolino del baile tropiezan las golas y los cintajos con el redondo aparejo de la aldeanas “.

El Cronista terminaba así: La romería de San Antonio pudiera ser inmejorable y el comercio nada perdería si se hiciera un pequeño esfuerzo por que resultara más lucida.

Después de más de un siglo, se mantienen los mismos actos en el día del Santo.

Cuando asistí a la primera joguera en el Robledal me vinieron   recuerdos de güaje de la Foguera de San Juan. Ambas tienen el mismo sentido y tradición, pues se celebra la llegada del solsticio de verano. El fuego ha sido y sigue siendo el centro de muchas fiestas religiosas en el calendario litúrgico asturiano, pero que entronca con rituales profanos íntimamente ligados al paso de las estaciones y labores agrícolas.

El día de San Antonio es el centro de la fiesta religiosa que mantiene vivas las costumbres de antaño. Los ramos que se ofrecen al Santo, generalmente para cumplir una promesa, van llegando a la Iglesia, acompañados de mozos y mozas vestidos de aldeanos, que entonan versos a San Antonio al ritmo de las panderetas. Fifi y su hija ya han trabajado días antes en los ensayos para que todo salga bien. Ramón Prada, dirigiendo el Coro, al que dedicó gran parte de su vida, y la Banda de Gaitas se encargaban del apartado musical.

Terminada la Misa, todos acompañarán al Santo hasta la Capilla, una procesión, que ha ido creciendo en los últimos años tanto en número como en vistosidad pues cada vez son más los mozos y las mozas ataviados con el traje típico de asturiano. Recuerdo un año que siendo Alcalde, vestido de asturiano, en la procesión un sargento de la Guardia Civil que había venido nuevo esos días ,me preguntó si pertenecía a algún grupo folklórico de Cangas y en aquel momento por no dar más explicaciones le dije que sí. Luego tomando una sidra en el Robledal, ya aclaramos el asunto.

Lo cierto es que siempre me tocó vivir ese día primero con mis hijas y hoy con los nietos, así que nunca me libré de tener que recorrer todos los artilugios que hay en torno al robledal. Menos mal que el vermut de Nieves que tomábamos durante la quema del Xigante nos fortalecía para resistir toda la tarde. Lo que menos me gustaba era tener que bajar corriendo después de la procesión, hasta que un año vimos a una pandilla comiendo en el prau, creo recordar a Marga y Celso, a Alfredo el relojeru, a Pitusa a Ana Quesada, que me dieron envidia, así que al año siguiente decidimos llevar les tortilles y les empanaes y sentaos en les raíces de los robles disfrutamos de la prolongación de la fiesta que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en otra Jira.

Y un año más nos preparamos para disfrutar de las fiestas de S. Antonio gracias al esfuerzo de varios jóvenes cangueses y canguesas que llevan tiempo trabajando en su organización. Mi felicitación a la reina y damas de este año, algunas de ellas fueron mis últimas alumnas, que estoy seguro representarán a Cangas con el mismo orgullo y personalidad que tienen como estudiantes.

Recordar, por último, a todos los que ya no estarán entre nosotros disfrutando de estos días de fiesta y animaros a participar de los actos programados, que como se recogen en el libro detalladamente, me eximís de tener que vocearlos o pregonarlos.

¡Viva San Antoniu!

Cangas de Onís, 4 de junio de 2016

Alfredo García Alvarez