CULTURA

Los diablos de Luzón dejan huella en Siero

Valdesoto y La Pola fueron escenario de los desfiles de les XII Xornaes de Mazcaraes d'iviernu que organiza en Siero la Asociación El Cencerru.

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Fin de semana de Mazcaraes d´inviernu en Siero

 

Con el mismo hollín que cubre sus caras y brazos los diablos de Luzón, de Guadalajara, marcaron las caras de cuantas personas se encontraban disfrutando del desfile de Mazcaraes d´inviernu el domingo por la mañana, en La Pola.

 

Primer plano de uno de los diablos que desfilaron por La Pola.

 

Los diablos tiznan de negro a todos aquellos que llevan el rostro descubierto, dejando su huella y seña de identidad de la que pocos se escaparon. Luisa González- quien el día anterior ya se desplazó a Valdesoto- corría para que no la volviesen a pintar: «ayer-por el sábado- ya tuve bastante», reconoció. Aunque después de seguir el desfile desde el inicio hasta el final, no se libró. Como tampoco se libraron los componentes de El Cencerru, de Valdesoto- organizadores- o el propio concejal, César Díaz.

 

Los diablos y las mascaritas.

 

El estruendo de sus cencerros (al saltar y al correr) convertidos en sus cinturones anunciaron la llegada de los emisarios de Lucifer, unos singulares personajes que, por primera vez, pisaban tierra sierense para participar en esta nueva muestra de mazcaraes, que ya está más que consolidada. «Estamos muy contentos», reconoció Pablo Canal, de la organización. 

 

Pergen y Felipe, miembros de la organización, no se libraron de la marca de los diablos.

 

Los enormes cuernos de toro, los largos faldones negros y la dentadura tallada de patata no dejaron indiferente a nadie. Los diablos representan el mal frente a las Mascaritas, mujeres sin rostro-con un trapo blanco- con trajes tradicionales, toquillas y coloridas sayas, a las que los diablos no les pueden hacer nada.

 

Los toros y los guirrios durante su puesta en escena.

Otra de las incorporaciones al desfile sierense fueron los toros y los guirrios, de Velilla de la Reina (León) que sorprendieron con un estudiado y elegante toreo delante de la plaza del Ayuntamiento, una muestra que repitieron en la Plaza de Les Campes. En el camino, los guirrios cumplieron con la tradición de coger a las chicas jóvenes para voltearlas y hacerlas saltar por encima de las astas del toro, por lo que muchas de ellas huían para evitar esa situación.

Los populares sidros fueron los encargados de abrir el desfile en el que también participaron los Zamarrones, de Lena, el Folión y Boteiros, de Viana do Bolo (Ourense) y los Mazcaraos de Rozaes (Villaviciosa).

 

Los Boteiros volvieron a animar las calles de la villa polesa.

El poder de convocatoria de estos singulares personales quedó patente, no sólo en el desfile de las calles de La Pola, sino que también en Valdesoto el sábado por la tarde. La parroquia sierense acogió esta popular marcha a la que tammbién se unió el grupo de los Escolinos de Faes. Desde el campo de fútbol y hasta el campo de la iglesia y de camino los sidros, los diablos, los boteiros y los guirrios hiceron de las suyas. Una vez en las inmediaciones del templo parroquia, se representaron les comedies “Pazciencia”, escrita por Pergentino Martínez a la que dieron vida los escolinos y la comedia “Nun ye comedia, non ye non” de José Ramón Oliva

El concejal César Dïaz, tampoco se libró del hollín de los toros.

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Un guirrio intenta hacer saltar por encima del toro a una de las jóvenes.

 

Los zamarrones, de Lena, en la plaza de Les Campes.