Descenso turístico del Sella
El sábado, durante el homenaje que todos los años tiene lugar en Arriondas, junto al busto de Dionisio de la Huerta, lo recordaba Alberto Estrada, el presidente del colectivo de Amigos del fundador del Descenso Internacional del Sella, «Dionisio de la Huerta lo que anhelaba de verdad era el Descenso del Sella tranquilo, disfrutando del río, de la naturaleza y de este entorno tan privilegiado». Ese descenso que siempre soñó Dionisio fue el que avanzaron los hermanos Calo y Ton Soto, desde la Escuela Asturiana de Piragüismo y que en los últimos años ha crecido hasta llegar a lo que hoy conocemos como la principal actividad del turismo activo en Asturias.
Llegamos a Arriondas a las diez y media de la mañana, el día estaba encapotado; ninguna sorpresa conociendo el clima cambiante de Asturias, pero lo agradecimos para no sufrir demasiado remando en el río. La empresa con la que bajamos el río nos facilitó dos bidones herméticos para poder guardar nuestras pertenencias (móviles, toallas, comida, bebida…). Después, pasamos a colocarnos los chalecos, que son de uso obligatorio y nos repartieron los remos. Un monitor de la empresa nos explicó al grupo la técnica de remar en canoa doble y quién es el que se debe colocar delante y atrás… Una vez listos, nos lanzaron por una especie de tobogán similar a una montaña rusa que finaliza en el río y, a remar... Aunque más de una ocasión tuvimos que bajarnos y arrastrar la canoa en las abundantes “sequeras” del cauce que nos encontramos a lo largo de un recorrido trufado de tramos de poca agua, rápidos que parecían atracciones acuáticas, muy divertidas y aguas tranquilas para reponer fuerzas.
Los chiringuitos proliferan a lo largo del recorrido, aunque no todos son legales ni cumplen la normativa sanitaria, basta aplicar el sentido común para saber cuales son los recomendables
Este mes de julio el Descenso en canoa ofrece una fauna de lo más variopinta, como los que van muy preparados, algunos llevaban un altavoz para bajar el Sella al ritmo de la música, otros decidieron traer a sus compañeros caninos para disfrutar con ellos la experiencia, otros en familia…
Los chiringuitos proliferan a lo largo del recorrido, aunque no todos son legales ni cumplen la normativa sanitaria, basta aplicar el sentido común para saber cuales son los recomendables. Allí ofrecen comida y bebida, entre el ambiente, y con música para amenizar el día, aunque es verdad que no proliferaban las mascarillas entre los que echaban el pie a tierra, para tomarse unos culinos de sidra.
La sidra, compañera de viaje para muchos que bajan el Sella.
A lo largo de todo el recorrido abundan los rincones para detenerse, darte un baño y disfrutar.
Aunque las empresas te ofrecen la posibilidad de acortar el recorrido hasta Lloviu con paradas intermedias donde te recogen, nosotros decidimos llegar hasta el final, a pesar de que apenas nos quedaban fuerzas para remar, pero mereció la pena. En Lloviu nos bajamos de la canoa, nos colocamos la mascarilla y un autobús nos llevó de regreso hasta Arriondas. Las empresas están muy pendientes de que respetemos y cumplamos todas las normas higiénico-sanitarias impuestas este verano para evitar la pandemia del coronavirus: mascarilla en el momento que uno se baja de la canoa y sale del agua, respetar la distancia de seguridad y el lavado de manos. Pero a estas recomendaciones de obligado cumplimiento también hay que sumar el respeto y la atención al medio ambiente, ya que nos hemos encontrado mascarillas en el agua, botellas y colillas en las orillas, y todo tipo de basura. La naturaleza nos ofrece toda su belleza, y debemos de pagarle con la misma moneda, amén de cuidarla.
Aparcamiento en batería.
El Sella de 2020, el Sella del Covid-19
De dos en dos....
... En solitario.
En familia....
... También familias numerosas....
Con amigos.
