LA VILLA

Tino Cortina pregonó las fiestas del Portal de Villaviciosa en una abarrotada Plaza del Ayuntamiento

"La Villa es la capital de la manzana de calidad" apuntó el pregonero

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Pregón de Tino Cortina en las Fiestas de Nuestra Señora del Portal

 

La noche del viernes, con el pregón de Tino Cortina, arrancaban las fiestas de Nuestra Señora del Portal, La Portalina de Villaviciosa.

El lagarero y hostelero local, que ostenta el cargo de presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias, recordó su infancia en La Villa y como disfrutaba las fiestas patronales, "he de reconocer que el motocross y aquel circuito urbano de karts eran lo mejor para mi gusto", aseguró rememorando sus años mozos.

Pero Cortina habló también de la manzana y de la sidra, que son el motor empresarial del municipio maliayés. "La villa es la tierra de la manzana por excelencia. ¡La capital de la manzana de calidad!", aseguró a lo largo de su pregón, en el no se olvidó de la figura de Carlos V, a la que tanto protagonismo le ha dado el Ayuntamiento en los últimos tiempos y cuando se cumplen 500 años de la arribada a Tazones y de su estancia en la Casa de los Hevia, siendo aún Príncipe. "Sin lugar a duda el a la postre emperador, fue el primer entendíu en sidra. ¡Tuvo que ser muy duro para él abandonar el Paraíso!".

El acto del pregón contó también con la intervención del alcalde, el socialista Alejandro Vega Riego y en el mismo marco se presentaron en sociedad las Reinas y Reyes de las Fiestas de Nuestra Señora del Portal, que reinarán este año y el próximo:

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Pregón de las fiestas de Nuestra Señora del Portal 2017

Quiero dar un fuerte abrazo a todos aquellos que me habéis visto crecer en estas calles y a todos los que de alguna forma convivís conmigo en el día a día de La Villa. A mis padres y al resto de mi familia, a mis amigos, a mis compañeros de la Danza, a los que conformamos el Consejo Regulador de la denominación de origen “Sidra de Asturias” y a todos los compañeros de Cortina y Amandi. Me rodea mucha gente sana y competente a la que debo mucho. Y es de bien nacidos ser agradecidos.

Este humilde pregonero de les Fiestes del Portal 2017 está feliz de poder compartir con todos vosotros este momento, talmente como si estuviéramos compartiendo un vasu de sidra, con alegría y sin reparos.

Todos los que me conocéis sabéis bien que no me resulta fácil expresarme con soltura ante tanta gente. Por eso tengo una sensación mezcla de nervios y emoción que es difícil de describir. Es verdad que a todo se va acostumbrando uno, pero lo cierto es que nunca se me pasó por la cabeza subirme a este escenario a decir el Pregón.

En fin, así las cosas, tengo que agradecer a nuestro alcalde un ofrecimiento que he aceptado con gran entusiasmo y también con responsabilidad. Es todo un honor. Sin lugar a duda, uno de los momentos más emocionantes de mi vida.

Sabéis que soy maliayés de pura cepa y como muchos de vosotros, un enamorado de la Villa y también de Asturias. Soy de los que se respiga escuchando el “Asturias Patria Querida”,… y también el “Himno a nuestra Virgen del Portal”.

Llagareru de profesión, tengo la tremenda suerte de haber estudiado lo que me gusta y más suerte aún de trabajar en mi pasión y en mi pueblo. Una lotería a día de hoy eso de tener tu trabajo al lado de casa y de la familia que tanto quieres.

Desde hace poco más de un año presido nuestra Denominación de Origen Protegida “Sidra de Asturias”. Y digo bien cuando digo “nuestra” porque aunque no todo el mundo se da cuenta, se trata de una enseña propiedad de todos los asturianos, creada para defender que la sidra acogida, elaborada con manzana asturiana, tenga presente y futuro, frente a otros productos, que aunque enmascarados bajo formatos parecidos, no están sin embargo elaborados con las manzanas de nuestra tierra.

La razón de ser de la denominación de origen es esa. Pensamos continuamente en cómo mejorar la manzana y los manzanos asturianos. En cómo generar valor añadido en el sector. En como promocionar adecuadamente una sidra natural o espumosa de la máxima calidad para que se venda más y esta demanda tire del carro que más nos conviene.

Pero nuestra tarea trasciende lo que meramente se enmarca en este puro negocio de la manzana y la sidra, y alcanza cotas mucho más altas y de gran responsabilidad, como es por ejemplo la conservación de nuestro entorno. No quiero ni imaginar una aldea de Villaviciosa sin su Iglesia y sin sus hórreos y del mismo modo tampoco sin sus pumaradas. Eso no sería una aldea asturiana ¿verdad? Pero el río Linares sin lino en la ribera, el prau de la Viña sin parras ni uva que vendimiar, el Castañeu sin castañes y les Carbayeres sin robles que admirar, nos recuerdan silenciosamente, un día tras otro, que no se puede dejar de atender para el asunto.

Debemos pues encontrar el justo equilibrio que nos permita mejorar y conservar este bonito espacio del Paraíso Natural del que disfrutamos los que vivimos aquí, aunque sin olvidar que es necesaria una actividad económica sostenible de la que poder comer.
Si digo que formamos parte de un reducto de este planeta, no miento. Vivimos en un lugar idílico de recreo para los visitantes amantes del paisaje, la historia, el arte, la mar o la montaña, el deporte o la gastronomía. El turista, lejos de otros escenarios, es aquí bienvenido y disfruta además de nuestro carácter hospitalario. Pero nos queda mucho por andar y el turismo no lo es todo.

La manzana y la sidra,… ¿tienen futuro? Sí. Un futuro que depende en gran parte de nosotros mismos.
Si cuando vamos a un chigre pedimos Sidra con Denominación de Origen, estamos metiendo unos duros en nuestra economía. Por el contrario, si cuando vamos al supermercado compramos la sidra más barata, entonces ¡ojo!, porque es muy probable que les perres se escapen a cientos o miles de kilómetros. Algo parecido es lo que ocurre con la leche y muchos otros productos. Siempre habrá alguien que produzca más barato que nosotros. Esa batalla la tenemos perdida. Abramos los ojos ya y reaccionemos, porque aun estamos a tiempo ¡no nos cuesta tanto ponerle freno! Hay que tener voluntad.

Mirad, son muy pocos los asturianos que viven de la manzana. Pero sin embargo, muchos, para los que la manzana supone un interesante suplemento en la economía familiar. Dinero pa tapar furacos, cenar con los amigos, comprar un caprichín, o tomar una botellina de sidra, en cuyo caso se cierra un círculo virtuoso del que nos hemos valido durante décadas y que ahora lleva ya demasiados años resintiéndose debido a la entrada de tanta materia prima foránea.

Y Villaviciosa tiene un papel muy importante en este escenario. Villaviciosa es el municipio asturiano de referencia en lo que a manzana se refiere. El mayor en cuanto a producción y tradición manzanera. La mejor muestra de ello es que actualmente, es con diferencia el concejo más influyente en la denominación de origen protegida, con algo más de 182 hectáreas de manzanos que vienen a representar el 30 % de la superficie total inscrita en el Consejo Regulador.
 
¿Y por qué Villaviciosa? Pues porque La Villa es la Tierra de la Manzana por excelencia. La Capital Manzanera de España,… ¡la capital de la manzana de calidad!

Quien más, quien menos, todos tenemos alguna pumarada propia o familiares o amigos con manzana. Los manzanos han sido generosos con los asturianos y especialmente en nuestro municipio. Aunque todo hay que decirlo, tengamos que resignarnos al maldito capricho de la vecería. Esa costumbre de nuestros manzanos de dar mucha fruta un año como este y poco o nada el año que viene, nos mata. ¡Esto!, Esto ha sido el origen de la entrada de la manzana de fuera en la elaboración de nuestras sidras. Es una gran pena que con el paso de los años no hayamos sabido llevar a cabo las medidas correctoras adecuadas para paliar o eliminar esta tendencia, en cuyo caso ¡otru gallu cantaría!

Sé perfectamente que el alto índice de abandono de los pueblos en los últimos años, no ayuda para nada a la conservación y sostenibilidad de este rico patrimonio natural, cultural y paisajístico, cuyo alcance socioeconómico está fuera de toda duda, pero que por otro lado, parece que en crisis permanente. Pero yo, ¡no me resigno a quedarme quieto cruzado de brazos! Viva el “espíritu de Poreñu”. Un pueblo ejemplar, de una Villa ejemplar donde se produce además, una manzana de calidad ejemplar. Enhorabuena a sus vecinos por su tenacidad, por su unión y por este galardón tan merecido.

Mirad, en relación con esta crisis que parece que nunca se va del todo voy a aprovechar la ocasión para leeros un curioso artículo sobre el que merece la pena reflexionar…porque hace unos pocos meses, cayó en mis manos este curioso folleto de varias fichas, editado precisamente en Villaviciosa, en la imprenta de Busto en la Calle del Sol número 31, en el año 1911. Se titula “Método Teórico Práctico para mejorar la fabricación de la sidra natural”.

Consta de varias láminas de Celestino Bernardo, con ilustraciones y con consejos para la elaboración de la sidra natural, pero yo quiero leeros, tal cual, el texto final del autor. Un artículo de opinión de hace más de un siglo que por momentos parece contemporáneo. Ya veréis que no tiene desperdicio. Dice así:

“Al publicar estos apuntes, aportando si lo consigo lo poco que yo sé y entiendo el mejoramiento de la fabricación, me propongo a la vez dar la voz de alerta y hacer un llamamiento a todos los agricultores, cosecheros e industriales de Asturias para que tomemos medidas preventivas en defensa de nuestra producción e intereses, porque estos están en peligro, amenazados de una crisis espantosa, pues siendo la producción de manzana hoy en Asturias enormemente grande, y disminuyendo el consumo de la sidra por razones fáciles de comprender, tenemos por consecuencia que el año de la cosecha los precios de cotización rayan en lo inverosímil por su depreciación. Yo he visto mucha manzana perderse en las pomaradas, porque no pagaba los gastos de recolección y arrastres al punto que la solicitaban, ¡y pensar que nuestras mejores fincas de Asturias están destinadas a pomaradas! Es un dolor y un bochorno…

No tenemos tarifas especiales de ferrocarril ni embarque para poder mandar nuestro fruto a otras plazas, como las tienen en otras provincias, beneficiadas para sus productos, pero en cambio tenemos un lujo y plétora de diputados a Cortes muy listos, muy políticos y nada regionalistas; nosotros los electores nada les pedimos y exigimos en este sentido, al contrario de lo que hacen en otras provincias. Nos han impuesto la desgravación del vino, que tanto perjudica a la sidra en la provincia, y nuestros diputados en Cortes callados, los provinciales idem de lienzo, los Ayuntamientos y todos soportando este baldón como mansos corderos; el vino medio de balde en las principales poblaciones; la cerveza, que antes solo la consumía el rico de mal gusto, apoderándose de nuestras plazas y mercados, metiéndosela por el hocico en puestos y carros ambulantes al propietario y labrador, a ciencia y paciencia de nuestras autoridades locales, que no los hacen retirar y hasta si fuera posible, mandarles que se la fueran a hacer beber a los alemanes,… porque entre cuatro vinateros, y otros tantos cerveceros, matan nuestra producción, y nos llevan de Asturias muchos millones en dinero limpio y sano, que debiera quedar entre nosotros. Finalmente creo llegada la hora de regenerarnos en todo, y de defendernos, pues de no hacerlo así, sería tanto como suicidarnos moral y materialmente. Fin.

Bueno, pues como podéis ver, en 1911, las preocupaciones del día a día no eran tan diferentes a las actuales. Al margen de hablar del tiempo, ¿habrá algo que nos guste más a los asturianos que criticar a los políticos y hablar del precio de la manzana? Bueno ¡sí!, estoy olvidando algo…el precio de la botella de sidra en el chigre… ¡eso ye más apasionante aún! Lo cierto es que salvando las distancias, muchas de las inquietudes mostradas hace 106 años, siguen vigentes en nuestros días. ¡En fin! Llevamos diez años lamentando una crisis económica y por lo que habéis podido escuchar más de cien intentando arreglar el sector de la manzana y la sidra. Y nos cuesta Dios y ayuda darnos cuenta de una realidad que no cambia si alguien no mueve ficha. Necesitamos para ello, lo que ya reclamábamos en 1911. Políticos decididos, con buenas intenciones y gente de bien, cualificada, amante de Asturias y con ganas de trabajar. Mi voz no es sino una más, pero os confieso que soy optimista. Creo que tenemos blimes suficientes pa facer un buen cestu, o puestos a ello, ¡porque no un gran paxu de verdasques de avellanu! como los que hacía mi güelu Mino en Valdebárcena. Por lo que a mí respecta, os garantizo el máximo esfuerzo y dedicación a esta causa.

En la Denominación de Origen (DOP), hemos trabajado “como cavadores” durante este último año y pico. Unas impactantes campañas de promoción, una apuesta decidida por la unión del sector y una ampliación de las variedades permitidas para la elaboración de la sidra acogida. Variedades muchas de ellas, que por cierto, seguramente tendremos la oportunidad de ver en primicia en el seno del Festival de la Manzana, en octubre. Quedáis todos emplazados para la cita. Tenemos una riqueza inconmensurable que merece la pena conocer. Variedades antiguas al lado de otras descendientes de estas mismas, que se unen al selecto grupo de variedades de manzana d.o.p. “Sidra de Asturias”.
 
Por otro lado, pero también fruto del trabajo de estos últimos meses, habréis oído o leído, porque circula por los medios de comunicación, informaciones sobre la posible candidatura de la “Cultura de la sidra asturiana” al reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Y es cierto que hay un trabajo inicial hecho sobre este asunto y más cierto aún que el Gobierno del Principado de Asturias y la Denominación de Origen Protegida retomaremos en breve este expediente para poner aun más de relieve nuestra singularidad. Nuestros terrenos, nuestras variedades, nuestro escanciado,…, son únicos en el mundo, pero también, nuestra cultura oral y escrita. Yo estoy convencido de que, en efecto, ya es hora de empezar con una “hoja de ruta” bien trazada y coordinada, para que se reconozca este “hecho diferencial” como Dios manda.
 
Y el día que lo consigamos, celebrarlo con una espicha. Una espicha típica. En un llagar, donde se pueda cantar y bailar si se tercia,… con empanada, tortilla, llacón y guevos cocíos,…, ¡eso por lo menos!, ¡y a disfrutar de una buena sidra espichada! Disfrutemos paisanos míos de nuestra cultura y nuestras tradiciones, y… ¡no se lo preguntemos todo a Google!, ilustrémonos también, por ejemplo, dialogando con nuestros mayores, que son una fuente de sorprendente sabiduría. Que aunque estamos en la era de la información, la globalización, la astrobiología y la neurociencia, debemos ser coherentes con la tierra que nos ha visto nacer, siempre protegiendo lo nuestro como buenos “Guardianes del Paraíso”. Sí, sí, es necesario hacer este esfuerzo,

¡Vaya si es necesario! Que un diario digital describa la “espicha” anual de la Universidad de León como un “botellón universitario donde se sirven desayunos con gotas de alcohol, macarronada de mediodía con calimocho, merienda con botellón y cena a la luz de la luna”, tiene delito. Como decía mi güela, ¡esto ye el acabose! En fin,…

Me gusta, como digo, respetar y conservar las tradiciones, participar y disfrutar de les Fiestes del Portal y del Festival de la Manzana. En mi agenda personal siempre tienen un lugar destacado los eventos relacionados con la manzana y la sidra. El concurso a la mejor sidra y el campeonato de escanciadores son citas obligadas para mí desde bien crío. Es evidente. ¡Me crié en un llagar! Siempre a la sombra de mi padre, mi gran baluarte, mi gran mentor.
 
Siendo bien pequeñín, corría “pa arriba y pa abajo” por el llagar de Samielles. Como no podía ser de otra forma, la época de mayar era mi favorita. Ver descargar un camión de manzanes, un espectáculo que no me quería perder nunca. Cuanto más grande fuera el camión y cuantas más filas de sacos sobresalieran en altura, más me emocionaba. Y cuando no había camión de verdad cogía el de juguete, como cualquier guaje, espatexando en los manzaneros o con el buruyu, cargando y descargando un volquete, que recuerdo tanto entre mis manos como cuando naguaba por él en el escaparate de Casa Mero. O con el balón, o con la bicicleta dando pedales y saltos con Pablo que en paz descanse. Eso sí, les rodilles siempre escalabraes. Algo que me lleva a recordar que todavía viví mis primeros años bajo el amparo de la maestra en “curar les pupes” de la Villa. En frente del llagar, en la Residencia, estaba la entrañable Sor Pui, que más de una tirita me puso. “Pero bueno, ¡habrase visto que ñeñu!, ¿dónde te mancaste ahora Tinín?, ven pa acá vida, no llores”. Mi recuerdo para ella y también para el resto de buenas monjas que la acompañaron y marcaron una época en la Residencia Nuestra Señora del Portal. Las grandes personas no se olvidan jamás.
 
Claro que con el tiempo, uno va creciendo y al final del verano llegaba como todos los años la fiesta más importante del año. De nuestra Fiesta del Portal he disfrutado prácticamente de todo. El cross, la carrera ciclista y el fútbol siempre me gustaron, pero he de reconocer que el motocross y aquel circuito urbano de karts eran lo mejor para mi gusto. La velocidad de aquellos bólidos bajando por la calle Campomanes, ¡un espectáculo! Yo siempre me ponía con mi padre delante del Bar Moderno viendo como se les movía el flequillo a los que tomaban algo con toda la pachorra delante del Rex ¡qué tiempos aquellos!
 
La fiesta siempre me gustó. Sí. Aunque como me recordaba un buen amigo el otro día, en un mensaje de whatsapp, “Tino, no lo contarás todo, porque menudes juergues”. Y en efecto, no lo voy a contar todo, pero sí decir que si de día lo pasaba bien, de noche mejor aun. Aunque tengo que decir que puedo presumir de tener muy buenos amigos, algo que siempre te ayuda a madurar como es debido, elegir el buen camino y a sortear de la mejor manera “al lobo rapante” al que hace alusión la Salve.
 
A decir verdad, yo siempre he tenido bastante claros mis objetivos. El principal, formar una familia. Y lo he conseguido. Sí. Aunque tuviera que incumplir aquel refrán popular que diz que la muyer y la manzana tien que ser asturiana. Una canaria se cruzó en mi vida y me enseñó a tomar más a la ligera el refranero asturiano… ¡¡¡aunque la manzana debe ser asturiana, eh!!! Bueno,…, lo cierto es que tener una mujer y unos hijos maravillosos, ayuda mucho para encontrar esa serenidad que dicen, es el estado que solemos confundir con la tan ansiada felicidad.
 
Si hay algo que me fastidia de mis hijos y también de los ñeños y ñeñes de ahora es que tengan escaso interés y ciertamente pocas posibilidades de vivir experiencias que te hacen ver la vida de otra manera. El espíritu de sacrificio, la disciplina, el respeto, la habilidad y capacidad de trabajo y la autonomía para enfrentarse a la vida, son valores fundamentales en los que deberían crecer siempre nuestros hijos. Los estudios son lo primero, evidentemente, pero los libros e internet tienen también sus limitaciones.
 
Aunque parezca insignificante estoy muy orgulloso de haber conocido los tiempos de antes. Ir a la yerba de guaje, a esmoreñar, o encucar si venía la nube, a calcar un balagar o la tenada, a angazar pación o ponei les mullíes a les vaques y ayudar a uncir y cargar el carru. Las distintas labores de la matanza, ir al pozu a por agua, esbillar fabes, y mediles con el galipu o el copín, afilar la güadaña o cabruñar, apañar manzana con toda la familia, sacar les patates y subiles a la panera. A cebar les pites, la llueza siempre debajo’l paxu. O a cuchar los pumares. A ensertar con boñica… ¡madre que recuerdos!… El día que me diz José Melín “meti les manes ahí monu,… y amasa bien”,… sí, sí,… injertamos un pumar que sigue frondoso con casi media tonelada de manzana treinta y pico años después”… Claro que estas labores cotidianas de antaño ahora no son necesarias, ¡Dios nos libre! Pero a mí me parece muy importante mantener viva la llama de estas costumbres y saber popular en los más jóvenes. Por el enriquecimiento personal de nuestros hijos y entre otros muchos beneficios, para que cuando tomen un culete de sidra de mayores, puedan entender todo el esfuerzo que hay detrás.
 
Dentro de nueve días, se cumplen 500 años de la llegada de Carlos V a La Villa. ¡Tierra a la Vista!, gritó Rodrigo de Triana cuando avistó América,… ¡Arriar el ancla, aquí huele a manzana! tuvo que ser el grito del grumete de turno en la expedición imperial. Seguramente algún llagar ya había empezado a mayar. No es de extrañar, era año impar,… ¡había cosechona! Los marineros “¡adiós escorbuto!” y el joven monarca,… ¿qué iba a querer más que tomar unos culetes fresquinos y bien echaos? ¡Claro!, Cuenten que antes de ir pa la cama, en la Casa de los Hevia, hablaba solu: “ta de restallu y méxase bien”. Durmió como un troncu y al día siguiente ni resaca, ni hinchazón en aquella barriguca cervecera. José Cuadra lo plasma perfectamente en el cartel de de les Fiestes. Sin lugar a duda el a la postre emperador, fue el primer entendíu en sidra. ¡Tuvo que ser muy duro para él abandonar el Paraíso!

Hoy, 8 de septiembre, Día de Asturias, con permiso de nuestra Virgen de Covadonga y de la Santina de Lugás, pidamos que la Portalina nos ampare y bendiga el mosto salvando nuestra sidra de todos los males, del mismo modo que el lloreu y el agua benditos protegen nuestras casas, nuestro ganado y nuestras cosechas al rezo popular de “Sali, sapu. Sali, ratu. Sali, toa la comezón. Allá va´l agua bendita, y el ramu de la pasión”.

Que en Villaviciosa sigan luciendo esos claveles, verdes, azules y colorados. Que el brillo de les manzanes en los pumares sigan siendo razón de peso en el reconocimiento de nuestra villa como “Villaviciosa Hermosa”

¿Y qué más puedo decir? ¡si me robaste el alma y el pensamiento!
Que reviva y perdure el interés por la manzana y la sidra, camino que ya nos alumbró aquel párroco de San Juan de Amandi, José Caunedo Cuenllas a finales del siglo XVIII.

¡Que la alegría se apodere de todos nosotros durante estos días!

¡Que empiecen les Fiestes del Portal,… que el Festival de la Manzana ya está ahí y los llagareros tenemos que emportillar y echar nuestros toneles a remojo.
 
Gracies a todos, ¡Viva La Villa!

Tino Cortina, pregonero del Portal 2017.

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Alejandro Vega le entregó un obsequio al pregonero, Tino Cortina.

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