La bombera de Cangas de Onís Marta González supera el coronavirus

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photo_camera La bombera Marta González ya recuperada en Cañu

Marta González García fue la primera bombera del parque de Cangas de Onís en dar positivo por coronavirus. Tras quince días en cuarentena y ya completamente recuperada, la canguesa revela a EL FIELATO cómo plantó cara a la enfermedad, que se ha cobrado más de un centenar de vidas en la región. 

González asegura que "en ningún momento" se encontró mal. Síntomas como la pérdida de olfato o de gusto –que apuntan otros infectados– no llegaron a manifestarse en su cuerpo. Notó, eso sí, cierto cansancio muscular que achacó al sobresfuerzo realizado en una carrera de orientación en la que participó pocos días antes de que se decretara el estado de alarma. Por precaución se tomó la temperatura: tenía un par de décimas de fiebre. "Fui consciente de que las tenía únicamente porque me las marcó un par de días el termómetro", asevera. 

Inmediatamente y siguiendo el protocolo establecido por las autoridades, llamó al 112 para comunicar su situación. Le recomendaron, entre otras cosas, permanecer aislada a la espera de los resultados del test. Quedó confinada en una casa familiar en Cañu (Cangas de Onís) hasta que dos días más tarde llegaron las malas noticias: estaba infectada por Covid-19. "Aunque ya había varios casos en Asturias la primera sorprendida fui yo. No se me había pasado por la cabeza que podía tener coronavirus", explica la mujer, que no tiene claro dónde pudo contagiarse.

González en ningún momento se encontró mal. Apenas tuvo unas décimas de fiebre un par de días y enseguida lo comunicó al 112.

Tras el estupor inicial llegó la preocupación por las personas con quienes había mantenido contacto los días previos. "Nunca tuve miedo por mí. Soy fuerte y mi sistema inmunológico supo defenderse bien. Pero estaba intranquila por mis padres y por si mis compañeros de trabajo lo habían llevado a sus casas", narra. 

Al constatar, con el paso del tiempo, que sus seres queridos no tenían síntomas, la bombera canguesa recuperó la moral.  "Mi médica de cabecera concluyó que no había contagiado a nadie", afirma.

Para afrontar la cuarentena González insiste en que fue fundamental el apoyo de familiares, compañeros de trabajo y amigos. "Me dejaban comida a la puerta de casa todos los días y mantenían siempre contacto conmigo por videollamadas para ver cómo estaba. Si algo bueno me llevo de esto es la solidaridad y el cariño que me mostraron", agradece. 

Mantener una rutina y el apoyo de familiares, compañeros, amigos y vecinos, con los que se comunicó a diario por videollamadas, fue fundamental para mantener alta la moral.

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La bombera Marta González en una de sus muchas rutas por montaña.

En las dos semanas que duró el aislamiento también fue estrecho el contacto con los profesionales del 112 encargados de comprobar a diario su evolución vía telefónica. "Más allá del seguimiento clínico me hicieron sentirme acompañada y protegida. Me contaban hasta chistes para que no me pusiera triste. Son grandes profesionales", remarca.

Mantener una rutina fue clave, según la bombera, para que los días se hicieran más llevaderos. La suya tuvo como ejes básicos la lectura y la práctica de ejercicio.

González insiste en que a la enfermedad "hay que tenerle respeto y tomar medidas de precaución para evitar que se propague pero sin entrar en pánico y sin perder la humanidad". Y es que si algo lamenta la bombera son los ataques que en ciertas ciudades han sufrido algunos profesionales por parte de vecinos, que les invitaban a abandonar sus casas por temor a un contagio. Una situación que, afortunadamente, no le ha tocado vivir en sus carnes. "En Cañu todo el mundo se portó de sobresaliente.  Me mandaban mensajes gratísimos y desde la distancia sentí su apoyo siempre", reconoce. "Los domingos los de la casa de enfrente hasta sacaban el piano y me dedicaban canciones para amenizarme la hora del vermú", agradece.

Ya recuperada de la infección, la canguesa se ha incorporado al grupo de reservas domiciliarias de los bomberos y confía estar en activo en pocos días para colaborar en la desinfección de geriátricos y otras tareas con las que combatir a la Covid-19 desde primera línea.