La comunidad paraliza la elaboración de repostería e intensifica sus rezos

Las Clarisas, expertas en confinamientos

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photo_camera Monjas Clarisas de Villaviciosa.

La situación de confinamiento que viven los españoles desde que se decretó el estado de alarma hace tres semanas no es nueva para la comunidad de Las Clarisas de Villaviciosa, que voluntariamente profesa voto de clausura. Llevar una rutina marcada, aumentar el tiempo de oración y fortalecer los vínculos familiares son algunos de los consejos que aportan las monjas maliayesas para afrontar hacer más llevadero el encierro.

Aunque tratan de abordar la situación "con naturalidad", lo cierto es que incluso la actividad de las seis religiosas se ha visto trastocada. Y es que, como la gente ya no puede ir a comprar la repostería que elaboran artesanalmente en el monasterio de la Purísima Concepción, se han visto obligadas a cerrar su obrador por tiempo indefinido.

Las Clarisas de Villaviciosa han invitado diariamente a los vecinos, eso sí,  a unirse a su rezo del Vía Crucis a través del Facebook.

Pese al inconveniente, su despertador sigue sonando puntualmente a las seis y media de la mañana para entregarse a la meditación, el trabajo y el estudio. "Siempre hay algo que hacer. Aprovechamos para limpiar y para rezar mucho. Rezamos más que nunca para que la crisis pase lo antes posible", subraya la abadesa  María Luisa Picado, que a diario se interesa por conocer el número de infectados por COVID-19 que se recuperan. En sus oraciones, cuenta, siempre están  presentes las familias que lo están pasando mal. Sus plegarias cobran mayor magnitud en una fecha tan señalada como es la Semana Santa, que la comunidad celebrará "de forma muy íntima, a puerta cerrada".

Según explica Picado, como son pocas podrán congregarse para los actos principales en la iglesia aunque siempre respetando la distancia que marcan los protocolos de seguridad. "Hemos ensayado mucho los cantos y los cultos", insiste. Las Clarisas de Villaviciosa han invitado diariamente a los vecinos, eso sí,  a unirse a su rezo del Vía Crucis a través del Facebook.

Las monjas maliayesas insisten en que en un mundo "de tanto trajín" este es un bueno momento para reforzar los vínculos familiares. "Es tiempo de conversar, de disfrutar de los hijos", afirma la abadesa.

 La comunidad, que lleva más de trescientos años instalada en Villaviciosa, barajó en su momento la posibilidad de fabricar mascarillas de protección, una idea que finalmente descartaron porque "como ni están homologadas no sabemos si sirven". Lo que sí tienen claro es que prepararán una "celebración especial" cuando concluya la crisis sanitaria.