OPINIÓN

Entaina Selleros

Esta fiesta sigue reclamando la tradición de los campos de Ova

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Ya pasaron. Pues como dije hace unas semanas es el momento de empezar a hablar de Las Piraguas. Se requiere un diálogo amplio y tendido, desde todos los ángulos, desde todas las perspectivas. No puede ocurrir lo que pasó este año: cambios sin sentido, ocurrencias caprichosas que no mejoraron en nada una fiesta que sólo reclama el control suficiente para que sea atractiva para todos y no para unos cuantos.

Esta fiesta sigue reclamando la tradición de los campos de Ova, la confraternización como esencia de la fiesta que Dionisio dejó en herencia. Esta fiesta debe ser diversa, es decir para todos y para todas las edades: verbenas populares, para jóvenes, actividades para los más mayores, juegos y distracciones recreativas para los niños (de las que casi no existieron este año), porque diversificar una fiesta es síntoma de buena salud, porque esa es la esencia de toda fiesta.

Al final sólo logramos que el paseo del muelle, el de la reina, estuviera vacío viernes y sábado y sin el paseo de los domingos para contemplar y comprar en las tiendas ambulantes de los emigrantes de Sudamérica. Objetivo cumplido!!! Un éxito, comida en un hotel para sus señorías y comida campera en Ova casi furtiva. 

Por lo demás Los tres acordes les desean la enhorabuena a todos nuestros palistas de la cuenca del Sella, por sus éxitos, por sus esfuerzos en un deporte sin mucho lustro mediático, pero que es, sin dudarlo un momento, el deporte rey de nuestra comarca, con viejos veteranos, con promesas arrolladoras, con campeones para la historia.

Aun recuerdo aquellas palabras de mi amigo Walter, (el tiempo nunca se detiene): “Ya era hora” después de varios segundos, pues ya eres leyenda “amigu”. Espero que ahora que las tradiciones parece que nos están diciendo adiós, al menos conservemos cada año esta tuya de ganar.

Enhorabuena a “Selleros”, a “Entaina”, por dar ejemplo de que cuando se quiere se puede, de que mantener tradiciones no depende de consistorios ni de caprichos ni de sabios, de que esos cambios deben estar consensuados por todos.