Los fisios de la comarca reclaman el cierre de las clínicas privadas

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photo_camera Rebeca Mayor, fisio naveta.

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Asturias  pide al Ministerio de Sanidad y al Principado que los centros privados donde desempeñan su actividad figuren entre los establecimientos de obligado cierre para frenar la expansión del virus Covid-19.  Aunque el decreto publicado por el Gobierno el domingo, 29 de marzo, les permite tener abiertas las clínicas privadas al considerarlas un servicio esencial, la mayoría hace tiempo que echó el cierre "por responsabilidad". Es el caso de Rebeca Mayor, de la Clínica "Mayor Fisioterapia" de Nava, quien insiste en que la situación del sector es "insostenible" por varios motivos.

"Ni contamos con equipos de protección ni podemos optar a ayudas sociales", se queja la naveta Rebeca Mayor

Para empezar porque carecen de equipos de protección individualizada (EPIs). Según cuenta Mayor los pocos que tenían fueron donados cuando se decretó el estado de alarma. "Resulta imposible no tener un contacto directo con los clientes y la realidad es que no hay abastecimiento de mascarillas y batas para todos así que ya nos veo trabajando envueltos en bolsas de basura", explica.

Para seguir porque los fisioterapeutas operan dentro de un limbo legal. "Se nos pide que abramos en casos de urgencia pero no especifican qué casos se consideran o no urgentes", se queja Rebeca Mayor. Según su versión, la "última decepción" llegó cuando decretaron como servicio esencial la labor de los fisios de las clínicas privadas "cuando por sentido común en el servicio público dejaron de atenderse todos los casos de rehabilitación que no fueran de pacientes ingresados o en la UCI".

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Rebeca Mayor en su clínica de Nava.

Además apunta a un agravio comparativo entre comunidades autónomas. "Compañeros del País Vasco, Andalucía o Cataluña, por poner ejemplos, nos dicen que allí les decretó el cierre la Comunidad", cuenta la fisioterapeuta naveta. "Desde la presidencia de Asturias se recoge nuestro sentir y parecen estar de acuerdo en nuestro cierre pero nos dicen que es una competencia del Gobierno central al estar bajo el estado de alarma", lamenta.

La profesional naveta, que cuenta con dos trabajadores a su cargo, insiste en que las pérdidas económicas "son ya un hecho al no estar sujetos a cierre y haber cerrado por prevención". Y recalca: "Las buenas obras no pagan facturas ni alquileres y mientras sigamos siendo considerados como un servicio esencial no podemos optar a las ayudas sociales autonómicas. Menuda manera de agradecernos nuestra responsabilidad sanitaria", concluye.

La región cuenta con más de doscientos centros privados de fisioterapia que en su mayoría se han unido para exigir a la administración que decrete el cierre de sus negocios.