Jaime Vallina, ganadero naveto: "Quitan la ilusión a cualquiera"

photo_camera Jaime Vallina, joven ganadero naveto.

Quejas de un joven ganadero de Nava

Las ayudas económicas que el Principado proporciona a jóvenes agricultores y ganaderos para facilitar su incorporación al campo «tardan demasiado en llegar». Lo dice Jaime Vallina, que el año pasado apostó por montar su propia ganadería en Nava y  desde entonces «todo han sido trabas», denuncia.

Vallina, de 23 años, tuvo que superar un curso y un examen para optar a una subvención cercana a los 50.000 euros –dividida en dos pagos– con la que montar su explotación en el núcleo de La Corba. La convocatoria salió en verano y estaba previsto que el primer ingreso, de unos 17.000 euros, se hiciera efectivo antes de que concluyera 2019. Tras comenzar a pagar la cuota de autónomos en diciembre, se encontró con que el dinero prometido no llegaba. «Fueron alargándolo con excusas como que había que esperar a que pasaran las fechas navideñas. Yo tuve que pedir un crédito para poder comprar  unas vacas que tenía ya apalabradas y hubo más gente en mi situación, que si salió adelante fue porque los padres les adelantaron el dinero», lamenta.

La administración tiene que agilizar los trámites y los plazos lo máximo posible si de verdad quieren que se fije la población rural.

El ganadero naveto asegura que pasó «muchas preocupaciones y noches sin dormir» hasta que, con retraso, por fin llegó la primera parte de la subvención el 31 de enero. «Estuve por borrarme del campo. Si no lo hice fue porque me gustan mucho los animales pero quitan la ilusión a cualquiera», resalta el joven, que montó una sociedad con su madre y se hace cargo de sesenta reses de leche en La Corba. La segunda inyección de dinero está prevista para 2022, siempre que el demandante satisfaga una serie de requisitos. «No es justo que a nosotros nos obliguen, por ejemplo, a mantener a determinado número de vacas, a pagar autónomos, a hacer frente a un sinfín de burocracia y luego ellos no cumplan», resalta.

Vallina, que también está pendiente de que se resuelva la convocatoria de ayudas para la modernización de instalaciones agrarias, insiste en la importancia de que la administración «agilice los trámites y los plazos lo máximo posible si de verdad quiere fijar población rural».