Juan Luis Casero Sarmiento
Para los de Cangas de Onís era de sobra conocido. Pero para los de La Pola, Infiesto, Llanes y mil otros lugares, el Llagar Casa Juan está pasada la iglesia de Cangas, frente a la Casa Dago. Allí hay un toldo, en la terraza, que los domingos siempre se queda pequeño.
Juan Luis Casero nos dejó, pero nos quedará siempre su sonrisa socarrona, «ya entró por la puerta el rojillo de Borja», era su saludo habitual. A la vez que lo recuerdo, no puedo dejar de nombrar a otros compañeros de ese gran Llagar que tampoco nos pueden acompañar y con los que ya estará dando buenes voces Juan Luis: Juanón el de la Auto-Escuela, Juan el Peláu, ganadero y tratante y bastantes más que no cito.
Desde la distancia, mando un fuerte abrazo a toda su familia. Descansa en paz, amigo, que a mi ya me falta menos para iniciar tu recorrido.
Borja