El portavoz de los trabajadores, del Matadero Central de Asturias (Noreña), Alberto González, reconoció desconocer los términos del plan de viabilidad, pero se teme en que término irán, como sucedió hace dos años. «La estrategia es clara, quieren debilitar la plantilla para precarizar el trabajo y subcontratar». Tampoco descartan que la propuesta sea «una reducción salarial».
González recalcó la unidad de los trabajadores en estos difíciles momentos para continuar defendiendo su puesto de trabajo. Por lo que seguirán con la asamblea permanente y las movilizaciones. «Vamos a seguir con la misma postura que hasta ahora. No aceptaremos ni el cierre ni un despido de nadie».
Ante esta nueva situación se abre un nuevo periodo de consultas ahora que vuelven a ser trabajadores en activo de la empresa.
La plantilla, con fecha 16 de octubre comezó a recibir cartas para excusarles de asistir al trabajo hasta nuevo aviso. En la misma se puede leer “la situación actual no permite, por el momento, el reinicio de la actividad que dependerá finalmente de las medidas que se adopten en el seno del concurso, y estamos en procedo la adopción, ante el Juzgado de lo Mercantil, de medidas definitivas que afectan a la totalidad de la plantilla de la empresa, a medio del presente escrito, se le excusa de asistir al trabajo hasta nuevo aviso, conservando, entre tanto, todos los derechos derivados de la relación laboral que mantiene con la entidad. Con el fin de comunicarle cambio en la nueva situación, que se prolongará por el tiempo indispensable, ruego comunique, en su cambio de dirección o teléfono de contacto”.
Las cartas, certificadas, han comenzado a llegar hoy por la mañana y va en la misma línea que las enviadas en el mes de julio, cuando la dirección del matadero solicitaba el concurso voluntario de acreedores.
Los trabajadores denuncian también la «complicidad» del administrador consursal, quien les aseguró que desconocía los términos del plan de viabilidad, al mismo tiempo que se les estaba mandando cartas certificadas a los trabajadores para eximirles de incorporarse al puesto de trabajo, «cartas que tuvieron que autorizar ellos», puntualiza.
Por último el portavoz sindical recuerda que una puesta en marcha del matadero con una producción a medio gas va a suponer un elevado coste teniendo en cuentan los gastos fijos, que genera la instalación.
