Opinión

Ni el Sella, ni la playa tienen la culpa de los contagios

“Contagiarse del coronavirus al aire libre es prácticamente imposible”, no lo digo yo, lo dicen multitud de virólogos, científicos y hay estudios que así lo atestiguan.

Echar la culpa de los contagios que estamos sufriendo ahora en Asturias a los turistas, al Sella o las playas es empeñarse en no querer ver la realidad. Los contagios, la inmensa mayoría que ahora están aflorando, son por no tener cuidado, por no extremar las medidas de prevención que llevan meses repitiéndonos de manera machacona: mascarilla, lavado de manos y distancia social. No hay que buscar más allá. La culpa es nuestra, y punto. Los focos de los contagios que se contabilizan desde hace semanas están en reuniones sociales, en celebraciones que se han permitido por parte de muchos ayuntamientos, que no han sido contundentes a la hora de hacer cumplir unas normas que sirven para salvarnos a todos.

Cumpleaños, despedidas, encuentros de familiares que llegan de aquí y de allá... cualquier disculpa ha sido buena estas semanas de atrás para juntarse a pasarlo bien, sin tener en cuenta que no estamos viviendo una situación normal, que es necesario respetar y cumplir unas normas que son básicas y bien sencillas, para evitar que el virus se propague y nos lleve por delante.

La imprudencia es una vez más la culpable de que muchos enfermen, de que negocios hayan tenido que cerrar durante días –con lo que supone aquí cerrar en plena temporada alta: dejar de ingresar miles de euros– y será también la culpable, desgraciadamente, de las muertes que vengan, porque la cosa no pinta nada bien.

La raza humana no tiene arreglu.