Opinión

Turismo y coronavirus

Turismo y coronavirus

Lo sé, en la Comarca vivimos del turismo, pero todos deberíamos saber también que no a cualquier precio. Nada vale más que la salud y la vida, nada. No permitimos vertidos en nuestros ríos ni un desarrollo urbanístico a pie de playa pese al turismo. Por eso, no me cabe en la cabeza que ahora guardemos un silencio ensordecedor mientras un volumen ingente de turistas se mueve a sus anchas en nuestra región con el consabido riesgo de infectar a todo quisqui. Señores, de una crisis económica se sale... del cementerio no. Y más en un país con cuentas pendientes con bancos y corruptos que nos deben miles de millones de euros a los que podemos recurrir para superar esta crisis. Miren, quien suscribe lleva ocho meses sin ver a familiares y amigos por el temor a exportar o importar el virus y terminar enviando al cementerio a la gente que quiero e incluso a la que ni siquiera conozco de aquí y allí. Imagínense que en uno de estos rebrotes mis padres fallecen. Imagínense que yo he hecho el esfuerzo de pasar esta tortura sola a cientos de kilómetros para proteger a los míos y finalmente pierden la vida a consecuencia del botellón del niñato de turno, de la celebración de Les Piragües de los faltosos del pueblu o del turista que vino del epicentro de la pandemia bajo el reclamo de una Asturias libre de COVID. Pues yo me lo imagino con frecuencia y me pregunto...  ¿quién va a ser responsable de esas muertes? ¿hoteles, chigres, empresas de turismo activo, el Principado, el Ayuntamiento, el Gobierno central, la OMS...? Pues todos y ninguno, porque entre todos los mataron y ellos solitos se murieron... Los empresarios cumplen la ley, los ayuntamientos y el Principado respetan lo dispuesto en instancias superiores y el Gobierno central sigue las instrucciones de la des Organización Mundial de la Salud y un comité de expertos inexistente al que parece faltarle una patatina pal kilo. Así que al final la culpa será del chachachá, pero yo habré perdido a los míos. 

El turismo sin PCR es una bomba de relojería porque las mascarillas no son la poción mágica contra el virus y la distancia social es imposible de respetar en muchísimas situaciones

Denuncia Charo Fernández Román, exalcaldesa de Ribadesella y una de las personas que más sabe de turismo en la Comarca, que se está demonizando al sector. No lo creo, lo que sucede es que las cosas no se están haciendo bien. Los empresarios cumplen las normas, pero esas normas dejan mucho que desear. El turismo sin PCR es una bomba de relojería porque las mascarillas no son la poción mágica contra el virus (sobremanera si se llevan en la mano o con las narices asomando) y la distancia social es imposible de respetar en muchísimas situaciones (que se lo pregunten a los pobres camareros). La única manera de no expandir el virus en la Comarca es no trayéndolo. Así de sencillo. ¿Recuerdan aquellas imágenes de destinos turísticos chinos hasta la bandera de gente? ¿Recuerdan aquellas otras de ciudades confinadas pocas semanas más tarde? Pues ya sabemos lo que nos espera... No quiero decir con ello que la irresponsabilidad sea exclusiva del turista, ni mucho menos. Lo cierto es que ya tenemos bastantes tarugos en la Comarca como para importar más. Me refiero, para ser exactos, al vergonzoso vídeo de las celebraciones de Les Piragües en el centro de Ribadesella, en las que confluyeron zoquetes locales y foráneos ante el asombro de una mayoría de vecinos responsables que se quedaron en su casa. 

Mucho me temo que la magnífica gestión del Principado en la crisis del COVID va a servir de poco si finalmente la situación se descontrola (más)

Tampoco estuvieron muy acertados en Arriondas quienes, desoyendo el comunicado en el que CODIS y asociaciones suspendían todos los actos, se echaron a la calle. El gran aliado de este virus es el individualismo, esa filosofía de que “por uno que vaya no pasa nada”. Porque si cada vecino de Arriondas, cada tritón, sellero, botijo o miembro de Entaína, cada asturiano se aplicase el mismo cuento... se hubiese liado una buena. Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Por cierto, enhorabuena a Juan Manuel Feliz (CODIS) y Kevi Menéndez (Los Tritones) por su ejemplar ejercicio de responsabilidad el pasado sábado. 

Una tierra con estos valles, montes, mares y ríos, tan rica en recursos, tiene que tener vida más allá del turismo

“Esto no hay forma de controlarlo”, lamentaba el alcalde riosellano en un diario regional. Me parte el alma. Reciba el regidor desde estas líneas toda mi solidaridad. Señores del Principado y Delegación del Gobierno, escuchen a Ramón Canal y pongan orden de una bendita vez. Mucho me temo que la magnífica gestión del Principado en la crisis del COVID va a servir de poco si finalmente la situación se descontrola (más). Los titulares en septiembre serían muy distintos. Por cierto, una suerte tener a un parragués con mando en plaza en el Gobierno regional. Ya escribía Borja hace años que Prunales es tierra de buenos chavales. De buenos gestores, desde luego, porque nuestro paisano protegió Asturias de la tormenta vírica con éxito y acierto. Como persona inteligente que es, confío en que empiece a plantearse que convertir Asturias en un gran parque de atracciones para el turista no es una opción viable. Me niego a aceptar que la única opción que tenemos los ribereños sea montar una sidrería, una casa rural, una empresa de turismo activo o trabajar para ellos tres meses al año. Una tierra con estos valles, montes, mares y ríos, tan rica en recursos, tiene que tener vida más allá del turismo. Y no arremeto contra el sector, que conste, porque a día de hoy son lo único que tenemos y el bastión del empleo en la Comarca. El turismo controlado es bueno -descontrolado es letal-, pero la agroalimentación es mejor. Viajar es prescindible, comer esencial. Dele una vueltina consejero, aunque parece estar batiéndose en retirada, que de ganadería sabe usted bastante y el director general del ramo... ni le cuento.

P.D.: Recuerde que soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted interprete. 

Marije Amieva, periodista