GONZALO BARRENA

Una llugata

"El cambio climático está acreditado. Lo dicen las gráficas y lo confirma el sintir de los paisanos"

gonzalo-barrena-columna.jpg

El cambio climático

 

Ya van casi para un mes los días sin sol y el astro sólo se deja ver entre llugates.

Desde enero cunde el agua en las cuencas de la región y el país recupera la memoria del tiempo en que fue lluvioso. Aún así, el cambio climático está acreditado. Lo dicen las gráficas y lo confirma el sintir de los paisanos, que plasman en ferias y mercados el resultado de su observación: “el tiempu está cambiáu”.

Por eso el cielo de estos días, echándolo a calderaos, rejuveneció esa imagen que teníamos de una tierra con pingos en los aleros, charcos y gente que se volvía prestu a casa, diciendo “que dexé’l paragües”, como pasa ahora con los móviles. Y también de ahí que las bocanas y el sol entre las nubes traigan del desván la voz “llugata”, significando luminosidad: hay que esparcer la herba aprovechando esta llugata, sonaba la voz del ama en el estregal, mirando al cielo y entainando la labor de los rapaces.

En aquellas Asturias la cultura estaba tan pegada al suelo como al cielo que surte los meteoros, y la percepción del clima se construía en lengua común. Los viejos guardaban en verso las lindes de la tierra, y el bioclima se formulaba en modo santoral, que era la forma antecesora del Twitter. Entre decires y santos, las casas se guardaban de las avenidas y los caminos se acaldaban sin cesar, con una fesoria roína escondida entre las murias, por si hubiera menester. Eran tiempos en que los refranes eran transitivos e indicaban la oportunidad de estar siempre haciendo algo; y la gente no era mucho de selfies.

Más en Opinion