OPINIÓN

Una nueva mirada

Pensar en el mundo idílico que supuso el Imperio romano, haciendo la vista gorda sobre sus brutalidades sería un ejercicio muy poco responsable.

 

Fue a causa de Numancia, allá por el 153 a.c., cuando se cambió el inicio del año. Hasta entonces el año romano comenzaba en marzo. Sin embargo por cuestiones de una guerra, la de Numancia, se adelantó el inicio de cada temporada al 1 de enero, mes del dios Jano. Pero, siendo los romanos tan tradicionales, mantuvieron el nombre para los meses séptimo, octavo etc.etc.

Así que vayan por delante mis mejores deseos para esta nuestra comarca oriental y para sus habitantes, mis vecinos, en este nuevo año que iniciamos.        

Pensar en el mundo idílico que supuso el Imperio romano, haciendo la vista gorda sobre sus brutalidades sería un ejercicio muy poco responsable. Pero idealizar los tiempos anteriores a ese mundo, soñando en una conjunción cuasi perfecta entre el hombre y la naturaleza, no dejaría de ser una ingenuidad igualmente irresponsable.

Creo que se precisa una distinta visión de nuestra comarca y de mi municipio. Creo que nuestro patrimonio, sometido a todo tipo de estudios y comercializaciones, debe empezar a verse en sí mismo, ajeno, limpio, con una perspectiva esperanzadora. Tal vez haya llegado el momento de que sepamos administrar nuestro patrimonio, eso que hemos acumulado durante siglos.

Y esto es algo que compete a cada persona, con independencia de su talante o talento políticos. En Ribadesella nos venimos acomodando de un tiempo a esta parte, con mucha desgracia para nosotros, y si nos comparamos con nuestro entorno más inmediato es como si nos fuéramos quedando relegados, es como si la noche no fuera a acabar aunque amaneciera. No podemos quedarnos en el regusto de preguntarnos toda la vida quiénes somos.

Por ello, deseo que este nuevo año aportemos, con una imprescindible nueva mirada, eso que hemos amasado a lo largo de toda una vida, y que ni siquiera los enemigos políticos o personales pueden arrebatar.