Valdesoto

Los de Valdesoto ahora son Sidr@s

La joven Cristina García Taboada es la primera chica que se inviste de Sidru, un personaje que por tradición siempre era cuestión de hombres

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Una mujer, Sidro en Valdesoto

 

Desde el respeto a las tradiciones y defendiendo la igualdá de muyeres y varones la joven Cristina García Taboada es la primera mujer que se inviste de sidro. «Me presta ser la primera mujer que se convierta en sidru» y confía en no ser la única. «Yo abro el camino, pero espero que podamos ser más». El mismo respeto que muestra la joven en pro de la igualdad comparten los compañeros de la Asociación Pola recuperación de los Sidros y les Comedies El Cencerru.

En el desfile en Viana Do Bolo (Galicia) abrió un nuevo camino para las féminas después de ver como en cientos de años de tradición siempre fueran los hombres los que se invistieron de sidros. Un pequeño, pero gran paso para las féminas, que están tomando su lugar en los sidros y la comedia.

«Llevo años pidiendo ser sidro pero hasta ahora nunca me hicieron mucho caso. Yo siempre quise saltar, brincar y hacer sonar los cencerros», aseguró. La joven sierense, que siempre se imaginó este día, reconoció que «cuando llegó el día fue mucho mejor». No pudo ocultar los nervios «y la verdad, no se por qué, iba concienciada de que en Viana iba a salir de sidru».

 

Cristina con una de las melenas de los sidros, una de las señas de indentidad de los tradicionales personajes.

El ritual para investirse de sidru fue muy especial para ella, era la primera vez que iba a llevar la melena. «La primera sensación fue extraña. Al principio no veía nada, pero te vas acostumbrado y en el desfile ya estuve muy cómoda». 

García reconoció que pensaba que ser sidru «era más fácil, que sólo era brincar», pero hasta que no se convirtió en uno de ellos no se dió cuenta de los inconvenientes que tenían: «la melena, además de que pesa, se mueve para todos los laos pero, poco a poco, te vas acostumbrando». Llegado a este punto fue cuando consiguió disfrutar con el personaje «y estuve encantada, quiero repetir», adelantó.

Por suerte, Cristina contó con los sabios consejos de sus compañeros, con años de experiencia como sidros. A todos ellos les está muy agradecida.

El anuncio de que en el desfile de Viana de Bolo iba a ser uno de los sidros le llegó como un regalo de reyes. Recordó como fue su compañero, Pablo Canal, justo antes de presentar la comedia en el domingo de sidros, (siempre se celebra el domingo siguiente del día de reyes), «cuando me lo dijo, casi no me lo creía porque llevaba muchos años pidiéndolo». La alegría fue tal «que se lo dije a mucha gente, no lo podía callar».

Ahora que muchos abanderan el uso del lenguaje inclusivo considerarían que Cristina es una sidra, pero respetando las tradiciones, la joven tiene claro que «el personaje ye el sidru aunque yo sea una sidra», puntualizó.

Cristina tiene una corazonada:  «este añu ye el nuestru». 2019 comenzó  reivindicando, en la comedia “Nun ye comedia, non ye non” (escrita por José Ramón Oliva),  el protagonismo de las mujeres. En la puesta en escena la propia vieya dió su particular “golpe de estado” a la comedia y tomó el timón de la obra ayudada por las dos damas, la ciega y su lazarillo. De hecho, el propio Canal asegura que «este era el momento para que una mujer fuese sidru».

 

Cristina con su padre, Belarmino, a quien siempre vio vestirse de sidro.

Desde hace cuatro años Cristina está implicada en la asociación valdesotina. Aunque, indirectamente,  siempre estuvo vinculada a ella por sus padres. «Cuando se recuperó la tradición de los sidros y la comedia siempre vi a mi padre vestirse de sidru». Ese fue el principio de su pasión y, poco a poco, fue dando pequeños pasos para colaborar con la activa vida cultural de la parroquia. «Empecé participando en les carroces», explicó, para después unirse al equipo que se encargaba de amenizar el Mercáu D´antañu, en el Palacio de Leceñes, «hasta que me metí en los sidros». Comenzó apuntando a los actores de la comedia durante la presentación hasta que fue aportando su granito de arena en la comedia como tal, donde ya fue dama, ciega y lazarillo. 

Ahora que da este salto espera poder combinar sus personajes, dentro de la obra (que solo se representa en Valdesoto) con la de sidru. «Estaré donde más se necesiten», apostilló.  

A pesar de su juventud no le tocó formar parte de la cantera local con los escolinos de Faes. «Aunque yo digo que soy de Valdesoto, vivo en La Pola», pero sus raíces las tiene en la parroquia sierense.

Cristina García confía en que la de Viana sólo sea la primera vez de muchas. Además tiene un nuevo deseo: poder ser sidru en el Festival Internacional de la Máscara Ibérica, en Lisboa. «Estaría muy bien ser sidru y poder saltar y presumir de melena en Lisboa». Desde luego, ella está dispuesto a todo.