Ni el aumento de los efectivos de la Policía Local ni la colaboración de la Guardia Civil pueden impedir que Llanes sea un hervidero de personas haciendo botellón cada noche. Esta mañana, unos viandantes que acudieron a pasear por los acantilados de la playa de Toró, en la villa llanisca, se encontraron un escenario anegado de restos de un macrobotellón que tuvo lugar la pasada madrugada.
Desde el Ayuntamiento piden sentido común, prudencia y respeto ante la falta de civismo de todos aquellos que desprecian no sólo un paisaje protegido como la costa oriental, sino a los propios servicios municipales que deben doblar su esfuerzo para mantener limpio el entorno de un municipio que aspira a la calidad turística.
