CANGAS DE ONÍS

Los problemas de vivir junto a un helipuerto

Daños continúos en el tejado de la vivienda, ruidos, polvo..., vecinos del Pozu Los Llobos, en Cangas de Onís, se han convertido en verdaderos sufridores

Los vecinos de la vivienda más cercana al helipuerto de Cangas de Onís, separada de la pista donde aterrizan y despegan los aparatos sólo por la carretera, llevan años quejándose a las administraciones por los desperfectos que sufren a menudo a causa del tránsito de las aeronaves. «Tejas levantadas, cada dos por tres; desperfectos en los portones; el polvo que inunda la casa; el ruido...», enumera Alfonso Carlos Meana. Desde el Principado de Asturias «nunca nos han hecho mucho caso», se lamenta. Y, a tenor del episodio de la pasada semana, parece que en el Principado pasan bastante del asunto porque en el helipuerto estuvieron cuatro días seguidos adiestrando a los bomberos sobre cómo subir y bajar el helicóptero, cómo colocar los utensilios que llevan para luchar contra los incendios y cómo colocar la enorme bolsa que se utiliza para transportar el agua que se vierte sobre las llamas. «Fueron cuatro días de continuos despegues y aterrizajes. Subían, bajaban, daban una vuelta, volvían a aterrizar. No me cabe en la cabeza que un cursillo así lo impartan aquí, como si no tuviésemos suficiente con las operaciones habituales de los helicópteros, además, esto. Éramos pocos y parió la güela», se queja Meana.